La cuestión tiene matices que, incluso, hacen que España salga peor parada en la comparación. En primer lugar, para acceder a estas ayudas monetarias directas en nuestro país (24,25 euros al mes, una fortuna), los ingresos familiares no pueden superar los 11.606 euros anuales (967,16 euros al mes, otra fortuna).

Además, la ayuda sólo se recibe durante los tres primeros años de vida del hijo, como si un niño de cuatro años no necesitara comer o vestirse con ropa de su tamaño. Hablamos, por tanto, de una ayuda monetaria directa que, en el mejor de los casos, alcanza los 873 euros. Efectivamente, España es el país de la UE de los 28 que menos ayudas monetarias dedica a la familia (0,5% del PIB), según el Instituto de Política Familiar (IPF).

En Alemania la situación es radicalmente distinta. Para empezar, la ayuda directa por hijo asciende a 192 euros mensuales… ¡durante 21 años! si decide estudiar en la universidad y sigue dependiendo de sus padres. Así hasta los tres primeros hijos, porque la ayuda por el cuarto vástago se dispara hasta los 223 euros mensuales.

Pero cuidado, porque estamos hablando únicamente de ayudas monetarias directas. A los 48.384 euros que recibe una familia en Alemania (las ayudas incluyen a los extranjeros) hasta que su hijo cumple los 21, hay que añadir, por ejemplo, la guardería gratis, los pañales gratis… Incluso, para que el chaval no se deprima, si se acredita que la familia no puede pagarle, por ejemplo, ir al cine con sus amigos, el Estado también se lo paga.

Para que luego vengan los distintos responsables políticos y nos digan, sobre todo en vísperas electorales, que ellos sí apuestan por la familia.