• El presidente de Renfe y del consorcio español a cargo del 'megaproyecto' está cuestionado y en línea de salida.
  • Y ¡ojo! ahora el Gobierno ya no está en funciones y está llevando a cabo muchos nombramientos.
  • Vázquez tiene que adjudicar el 'macropedido' de 30 trenes AVE, al que pujan Talgo, CAF, Alstom y Siemens.
  • Expulsó a Bombardier de este concurso, pero no es el único conflicto abierto con ellos.
  • La canadiense demanda al consorcio del AVE saudí: cuestiona los riesgos multimillonarios que puede generar la arena del desierto.
Entre los días 12 y 14 de noviembre, el Rey retoma su agenda exterior con el viaje a Arabia Saudí que estaba previsto hace nueve meses pero se pospuso por la interinidad del Gobierno. Un viaje que podría suponer el último cartucho para que Pablo Vázquez (ambos en la imagen) evite su salida. Como saben, el presidente de Renfe y del consorcio español a cargo del 'megaproyecto' del AVE La Meca-Medina está cuestionado, en línea de salida y advertido para que deje de incordiar a Talgo. Y ¡ojo! porque ahora el Gobierno ya no está en funciones y en su primera semana está llevando a cabo muchos nombramientos. Vázquez tiene ahora entre manos la adjudicación del 'macropedido' de 30 trenes AVE, al que pujan cuatro empresas: dos españolas (Talgo y CAF), la francesa Alstom y la alemana Siemens. De hecho, Talgo tiene puestas muchas esperanzas, dado que tiene una cuota cercana al 50% de los trenes de alta velocidad en España y gran experiencia. El presidente de Renfe expulsó a Bombardier de este concurso, colocando a Talgo y a Alstom como las mejor posicionadas para llevarse el gato al agua. El descarte generó un conflicto, pero no es el único que Vázquez tiene en estos momentos con la compañía canadiense. Hace unas semanas, Bombardier demandó al consorcio español del AVE saudí, presidido por Vázquez. En concreto, cuestiona los riesgos multimillonarios que la arena del desierto puede generar en los trenes cuando estos entren en funcionamiento. Forma parte del 'megaproyecto' al ser subcontratista de Talgo en suministro y mantenimiento de los sistemas de rodadura y además, ahora está muy contenta porque en el tercer trimestre ha obtenido los primeros beneficios tras su reestructuración. Volvamos al viaje del monarca a Arabia Saudí. Felipe VI lleva en la maleta dos tareas: desatascar un contrato de Navantia superior a los 2.000 millones de euros y mediar en el tema del AVE La Meca-Medina. Curiosamente, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha comentado que Arabia Saudí es un "país amigo", con el que "coincidimos, por ejemplo, en la lucha contra el Estado Islámico". Parece que a la hora de hacer tales afirmaciones debería tener en cuenta que Arabia Saudí ha sido acusada junto con Qatar por diversas voces de financiar a los yihadistas. ¡Vaya lío! Y eso que al portavoz sólo le habían preguntado si el Rey iba a hacer alguna alusión a la defensa de los Derechos Humanos en el país saudí, como le han pedido los partidos de la oposición. El Rey no viaja solo a Riad. Del Ejecutivo, le acompañan: el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna; el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis; el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz y, probablemente, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar. Por parte de las empresas, irán representantes de: Renfe (el propio Vázquez, a pesar de que una comisión negociadora ha reducido su protagonismo en el AVE La Meca-Medina), Indra, Talgo, CAF, FCC, Navantia, Ineco, Técnicas Reunidas, Cobra (ACS), Typsa, Acciona, la compañía de renovables X-Elio y la de logística militar Arpa. Y cierran la delegación: representantes de la CEOE, de la Cámara de Comercio y del Consejo de Seguridad Nuclear. Cristina Martín cristina@hispanidad.com