Atlantia corrige algo el rumbo, este martes, en bolsa tras varapalo sufrido desde el desplome del viaducto de Génova, mientras el mercado descuenta que la empresa tendrá que afrontar compensaciones entre 8.800 y 7.500 millones de euros.

Todo ello mientras su filial, Autostrade, celebra una junta extraordinaria para evaluar la situación, como Atlantia mañana, y el Gobierno sigue dividido sobre la nacionalización de las autopistas. Es una posibilidad “viable” para el ministro de Instraestructuras, Danilo Toninelli, pero “prematura” para Giancarlo Giorgetti, número dos de la Liga y secretario del primer ministro, Giuseppe Conte, que ha confirmado el inicio del procedimiento para revocar la concesión a Austrostrade de la autopista afectada, la A-10.

Los 500 millones previstos por Atlantia para compensar a las víctimas, se pueden 'cuadruplicar o quintuplicar', según Conte 

Conte ha considerado, además, como “muy modesta” la cifra de 500 millones que maneja Atlantia para compensar a las víctimas frente a los beneficios que acumula durante años por lo que podrían “cuadruplicar o quintuplicar” esa cifra.

Lo que está claro, en cualquier caso, es que el perfil de riesgo de Atlantia se ha deparado, según los analistas, que hacen también sus cifras del impacto que podría tener en sus cuentas. Los de Mediobanca, en concreto, han estimado que el impacto es de 10.800 millones, aunque sostienen también que el mercado “está descontado un valor en las indemnizaciones de entre 8.800 y 7.500 millones de euros”.

El golpe a Atlantia, propietaria del 100% de Autostrade, no afecta sólo a los Benetton, que controlan el 30,25% a través de Edizioni, sino a otros inversores que no son italianos, salvo la Caja de Ahorros de Turín, con el 5,08%.

El segundo mayor accionista, con el 8,14%, es GIC, fondo soberano de Singapur, al que siguen el fondo americano Blackrock (5,12%) y el banco británico HSBC (5,01%). El resto se reparte en free float y autocartera.