• La comparecencia conjunta de Rajoy y Puigdemont no hace más que confirmar las peores sospechas: no existe unidad política.
  • Los dos aplauden, eso sí, la coordinación policial.
  • Mientras Rajoy reclama "unidad institucional", Puigdemont insiste en que el 'proces' seguirá adelante según lo previsto.
  • Ojo a la frase del presidente: "En nombre del Gobierno y de todos los españoles que se puedan sentir representados por mis palabras…".
  • ¿Se imaginan a Macron o a Merkel diciendo lo mismo y después de un atentado yihadista?
  • "¡No hay banderas!", respuesta de un joven a un hombre que abucheó a una bandera durante la concentración de la Plaza de Catalunya.
La calle está mucho más unida que los políticos, por desgracia. Ni siquiera los atentados de Barcelona y Cambrils han servido para que Rajoy y Puigdemont acerquen posturas. Es más, la comparecencia conjunta celebrada este viernes (en la imagen), tras la reunión del Comité de Seguridad en la que han participado -veinte horas después de los ataques de Barcelona-, sólo ha servido para poner negro sobre blanco esas distancias. Eso sí, tanto el uno como el otro han guardado las formas y han trasladado una imagen de unidad absoluta. Puro espejismo que han intentado sortear aludiendo, por un lado, a la unidad de la sociedad, mostrada en la concentración previa en la Plaza de Catalunya, y a la extraordinaria coordinación policial de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Las diferencias entre ambos ya quedaron patentes con anterioridad. Así, en su primera declaración institucional, en la noche del jueves, Mariano Rajoy reclamó desde Barcelona "unidad institucional" para vencer a los terroristas. Y en la mañana de este viernes, Carles Puigdemont ha asegurado, en declaraciones a Onda Cero, que "los atentados no van a cambiar la hoja de ruta sobre el proces". Eso sin hablar de las reuniones paralelas que han mantenido Rajoy y Puigdemont durante las horas posteriores a los ataques. Como se puede ver, las posturas siguen exactamente en el mismo lugar en el que estaban el jueves por la mañana, justo antes de los ataques. Una salvedad, importante, y que ha llamado poderosamente la atención. Atentos a la frase de Rajoy, terminando su declaración junto a Puigdemont: "En nombre del Gobierno y de todos los españoles que se puedan sentir representados por mis palabras, trasladar nuestro pesar a todas las familias de las víctimas y nuestros deseos de que los heridos se recuperen". ¿Se imaginan al presidente francés, Macron, o a la canciller alemana, Merkel, o a la británica, May, diciendo lo mismo y después de un atentado yihadista? A que no. La desunión política -y no hemos citado el esperpento de la CUP- contrasta con la unidad de la sociedad. Además de las muestras de colaboración -personas con idiomas que se ofrecen para traducir a las víctimas, ciudadanos que acuden a los hospitales dispuestos a donar sangre, taxistas que ofrecen traslados gratis a los heridos…- la unidad de la calle ha quedado patente durante la concentración en la Plaza de Catalunya. Lo cuenta el diario Público: mientras la gente congregada gritaba al unísono, "no tino por" (no tengo miedo), un hombre ha gritado contra una bandera, no sabemos cuál. El caso es que la multitud le ha ignorado mientras un chico le ha respondido con rapidez y contundencia: "¡No hay banderas!". Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com