Con el apremio de renegociar la deuda externa e impulsar el crecimiento económico en Argentina, el gobierno de Alberto Fernández anunció el inicio de  conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), informa Pagina 7.

“Ya hemos tenido conversaciones con el FMI y ya hay reconocimiento del fracaso. Lo que falta es reconocer la necesidad de un programa distinto”, dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, un académico de 37 años, colaborador del premio Nobel Joseph Stiglitz.

En su primera presentación pública, Guzmán dio un diagnóstico sombrío de la economía argentina: “Venimos a resolver una muy profunda crisis económica y social. La situación es de extrema fragilidad”, señaló, en tanto pronosticó una inflación de 55% para el país este año.

El economista anunció sin dar detalles un “plan macroeconómico integral” para salir de la crisis. “Para poder pagar hay que tener capacidad de pago y para eso hay que crecer”, señaló.

Argentina tiene desde 2018 un acuerdo de ajuste fiscal con el organismo multilateral, que otorgó un crédito por 57.000 millones de dólares, de los cuales ha desembolsado ya unos 44.000 millones. Pero Fernández ya dijo que no solicitará el último tramo de ese préstamo.

En lo inmediato, Kristalina Georgieva, titular del FMI, comunicó que ya se había reunido con Guzmán antes de su inicio en funciones. En esa reunión, Guzmán señaló que el FMI reconoció que el programa anterior con el exgobierno de Mauricio Macri había fracasado.

La proyección del FMI para la economía argentina este año prevé una caída del 3,1% y una inflación superior al 50%, mientras que el índice de pobreza se acerca a 40%, según otras estimaciones. “Tenemos que decirlo con todas las letras: la economía y el tejido social están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias. En lugar de generar dinamismo, hemos pasado del estancamiento a una caída libre”, dijo Fernández el martes, en su discurso de investidura.