El presidente argentino, Mauricio Macri (en la imagen), pide árnica al Fondo Monetario Internacional (FMI). Los Kirchner crearon un apoyo popular basados en las subvenciones públicas. ¿Cómo se pagaban esas subvenciones? Gravando con impuestos excesivos a toda la economía productiva, especialmente a uno de los agros más exportadores del planeta y otorgando subvenciones de subsistencia (salarios sociales a lo Podemos) a una gran masa de votantes que preferiría malvivir de la subvención publica a emprender su propia actividad económica.

Los Kirchner crearon una sociedad de vagos que vivían a costa de sangrar a los que trabajaban. Que eso es la subvención, a la que los progresistas tipo Pablo Iglesias o Pedro Sánchez llaman “derechos sociales’.

El FMI acudirá en ‘ayuda’ de Buenos Aires: es decir, ‘refinanciará’ la República. Es decir, la endeudara aún más

Macri redujo esas subvenciones con cuentagotas pero no incentivó el emprendimiento en libertad. No premió el esfuerzo por salir de la pobreza. Quizás no le dio tiempo o quizás se encontró con un país quebrado -y un funcionariado ladrón- pero el caso es que su proceso liberalizador no ha funcionado.

Y en el momento en que ya no se pudo exprimir más a la exportación y las actividades productivas y en que el precio del dinero empezó a apuntar al alza en el mundo, le ha llegado la asfixia económica a un país perpetuamente endeudado como la Argentina. Ni los Kirchner porque no querían, ni Mauricio Macri porque no ha podido, han caído en la cuenta de que impuestos y subvenciones públicas constituyen las dos lacras de la economía. Macri, además, no ha caído en la cuenta de que los mercados financieros no traen otra cosa que deuda. Ergo, lo que hay que hacer es romper con los mercados financieros y no endeudarse.

Ni los impuestos sobre uno de los mayores exportadores agrícolas del mundo han logrado financiar la economía subvencionada de los Kirchner

Macri ha terminado en manos del Fondo Monetario Internacional FMI), es decir, en manos del banco, porque el FMI no es más que un banco. Es igual que cuando se habla de refinanciación de una empresa. Oiga: toda refinanciación es mala. Una empresa, o un país, marcha bien cuando no necesita refinanciarse. Y marcha estupendamente bien, cuando no necesita financiarse.

Macri se le olvidó que hay que reducir subvenciones e impuestos a la vez. Y además, supone la única forma de luchar contra la corrupción que siempre merodea alrededor… de los impuestos y de las subvenciones. Donde hay subvención hay corrupción.

Ahora, ese gran país hispano que es Argentina, ha caído, de nuevo, en manos de los usureros.