Como recogió Hispanidad, Argentina aprobó recientemente el aborto, es decir, matar a niños en el vientre de su madre.

Lo cual contrasta con el proyecto de ley presentado por la diputada Graciela Camaño que tiene por objeto “reconocer como sujetos de derecho a los animales que, por sus particulares características, revisten la calidad o condición de personas no humanas” con la finalidad de “consagrar un estatus jurídico que contemple estrictamente sus derechos”, informa Notivida.

Se le asignaría “la condición de persona no humana”, a aquellos animales que “demuestran contar con especiales capacidades cognitivas y/o sintiencias complejas que los distinguen de las restantes especies” (art. 3).

Se considerarían “derechos básicos de la persona no humana”: a) el derecho a la vida, b) el derecho a la libertad, c) el derecho a no sufrir, y d) el derecho a la salud y a la asistencia alimentaria (art. 4).

“Las personas no humanas” no podrán ser objeto de transacciones comerciales ni estar en cautiverio. Tampoco podrán ser utilizados como parte de investigaciones o pruebas (art. 5).

Tal como denunciara el P. Juan Claudio Sanahuja, la ONU se ha empeñado en esta subversión ideológica del orden del cosmos que trató de imponer especialmente desde sus conferencias internacionales sobre medioambiente y desarrollo: “Desde hace tiempo la opinión pública está siendo sometida a un lavado de cerebro que trata de sustituir el concepto de respeto debido a la naturaleza, de raíz eminentemente cristiana, con los esquemas ecologistas de la nueva ideología del humanismo inmanentista” (.) “En los documentos internacionales se llama claramente a este empeño, proceso de reingeniería social. Por un lado, se pretende salvar de un supuesto exterminio, por ejemplo, a las focas, ballenas, gorilas… por otro, no sólo se justifica, sino que se tiene como una obligación ‘natural` procurar y provocar un verdadero y propio holocausto con leyes que autorizan el abominable crimen del aborto” (Noticias Globales nº 82, 4 de agosto de 1998).