En Argelia se habían sucedido en los últimos días las protestas ciudadanas contra la posibilidad de que el octogenario presidente, Abdelaziz Buteflika, se presentase por quinta vez a las elecciones.

Pero ayer Buteflika dijo que no se presentará para un quinto mandato y que postergará las elecciones nacionales, recoge La Nación.

Tras 20 años en el poder, Buteflika hizo el anuncio mediante una carta al pueblo argelino divulgada por el palacio presidencial. Prometió establecer una comisión para planificar nuevas elecciones y descartó volver a postularse.

"No habrá quinto mandato y nunca fue mi intención, pues mi estado de salud y mi edad solo me otorgan como último deber ante el pueblo argelino la contribución a la instalación de las bases de una nueva república", declaró Buteflika en la carta.

"No habrá elección presidencial el próximo 18 de abril", añadió el presidente argelino y agregó que así "satisface una petición insistente que muchos de ustedes han expresado".

"No habrá elección presidencial el próximo 18 de abril", añadió el presidente argelino"

La próxima elección presidencial "se realizará al término de una conferencia nacional inclusiva e independiente (...) equitativamente representativa de la sociedad argelina y de las sensibilidades que la recorren", que "deberá esforzarse de completar su mandato antes del fin del año 2019", agregó Buteflika.

El presidente argelino de 82 años, prácticamente ha desaparecido de la vista pública desde que sufrió un derrame cerebral en 2013.

Por eso, el desencadenante de las protestas ha sido la decisión de Buteflika de presentarse a las elecciones presidenciales que iban a realizarse el próximo 18 de abril.

Ayer por la tarde se informó que Buteflika nombró al ministro del Interior, Noureddine Bedoui, como nuevo primer ministro.

Y todo esto está muy bien pero la lógica y esperada retirada del líder argelino despierta el miedo a un rebrote del islamismo. No olvidemos que el FSI ganó las elecciones y pretendía imponer la ley islámica, de la que el pueblo argelino se salvó gracias al golpe militar que inauguró el poder de Buteflika.