• El grupo siderúrgico indio multiplica por 3,5 sus pérdidas en el primer trimestre, hasta 646 millones de euros.
  • La caída del gigante es producto de su origen: el síndrome de Nowa Huta.
  • Revisa a la baja su previsión de Ebitda para el año, que desde enero ya se ha reducido de 1.583 a 1.211 millones.
  • Y anuncia un recorte de 2.637 millones en sus inversiones tras facturar un 13,5% menos.

El gigante siderúrgico ArcelorMittal está en un momento delicado, como prueban sus resultados en el primer trimestre. No sólo multiplica por 3,5 sus pérdidas, hasta 646 millones de euros, como consecuencia de sus menores ventas e ingresos; además, anuncia un plan de ajuste que supondrá un recorte de 2.637 millones de euros en sus inversiones para este año. A todo ello se añaden, entre otros efectos, un dólar fuerte, la caída del precio de la materia prima, y el aumento de las importaciones en EEUU. En fin, las ventas del grupo, cuyo presidente ejecutivo es Lakshmi Mittal (en la imagen), cayeron un 13,5 %, hasta los 15.045 millones de euros y el resultado bruto de explotación (Ebitda) se ha reducido de 1.583 a 1.211 millones de euros. También redujo el resultado por operaciones, un 15,3%, hasta 505 millones de euros. Estos resultados no son precisamente una buena noticia si tenemos en cuenta las 12 plantas industriales que el grupo tiene en España, principalmente en el norte, como la antigua Ensidesa, en Asturias, además de una plantilla de 9.520 empleados. En el fondo, el problema de ArcelorMittal se gesta en el mismo nacimiento y desarrollo posterior del grupo fusionado (Arcelor y Mittal), que se dedicó a comprar acerías a diestro y siniestro, especialmente en los países del Este, tras la caída de los regímenes comunistas, con las que tampoco ha sabido maniobrar después. Lo resume muy bien el síndrome de Nowa Huta, un barrio de Cracovia creado en los años 1949-1951, a la manera de ingeniería social soviética. La planta polaca que ArcerlorMittal compró, por un euro como el resto, tenía 40.000 trabajadores (campesinos convertidos en obreros), pero despidió poco después a tres cuartas partes de la plantilla. A pesar de ello, tampoco supo sobreponerse a la situación ni aumentando los ingresos ni generando un negocio rentable. La estela que dejó fue la destrucción de miles de empleos tras comprar empresas antes estatales. Tampoco tenían sentido en su momentos, de gran sobreoferta, pero a las que los regímenes del Este les encantaba eso de presumir de industria fuerte, aunque no fuera rentable). El ajuste en 2015 en la siderúrgica no afectará sólo a las inversiones. También ha llevado a la empresa a reducir su objetivo de Ebitda para el conjunto del año. ArcelorMittal se había marcado la meta de un resultado de explotación de entre 5.712 millones y 6.151 millones de euros, pero ha rebajado esa horquilla a entre 5.274 y 6.151 millones de euros. Y por el mismo motivo, se propone recudir un 15 % sus costes de producción minera. Según el comunicado del grupo, el aumento de las pérdidas se ha debido en una parte fundamental a las diferencias de cambio, cuyo resultado negativo en el primer trimestre ha sido de 176 millones de euros. El comunicado de la empresa añade que "A pesar de que la situación en los mercados del acero ha evolucionado en gran medida conforme a lo previsto, la posterior caída de los precios del mineral hierro, así como el debilitamiento del mercado en EEUU, afectan negativamente a las previsiones anunciadas". Rafael Esparza