Al presidente de Arcelor Mittal, Aditya Mittal (en la imagen), no le basta el arancel del 25% previsto a las importaciones europeas de acero a partir de 2019, sino que quiere más y así lo ha pedido a Bruselas.

Se ha quejado, en concreto, de la discriminación que supone que la industria europea se comprometa a reducir las emisiones de CO2, pagando por ello y obedecer así a los imperativos medioambientales, mientras otros países no presionan ni obligan a su industria a pagar lo mismo.

Es una razón de peso, a juicio de Aditya Mittal, para reequilibrar una balanza descompensada. De lo contrario, asegura, el acero europeo siempre será más caro que el producido en países como Turquía, Rusia o China, donde no sea plantean las mismas exigencias. Eso y más dificultades para competir es lo mismo, lo que agrava la su vez la situación de la siderurgia europea.

Entre las medidas de salvaguarda de la UE está un arancel del 25% para grandes importadores, pero es insuficiente

Bajo ese paraguas, Arcelor plantea, en concreto, que la UE aplique “un ajuste en frontera de carácter ambiental”, una especie de “tasa” o arancel ambiental, con el objetivo de igualar costes.  Si no es así, el coste del acero producido en Europa siempre será mayor del precio al que se consume, que llegará por las importaciones. Urge, por tanto, igualar el mismo patrón para todos.

En suma, no sea trata, según Lakshmi Mittal, de poner en cuestión el compromiso de descarbonización, sino de añadir penalizaciones a los importadores de acero para repartir las cargas, en el marco del Sistema de Comercio de Derechos de Emisión, como explica el grupo en un comunicado.

Entre las medidas de salvaguardia europeas, está el arancel del 25%, que se aplicará a las importaciones de acero de países que superen la media de los últimos tres años, pero teme que esa medida sea insuficiente y se puede mejorar con su propuesta, antes de que entre en vigor, el próximo año.