El Banco de España está presionando de nuevo a las entidades para que se fusionen, especialmente a las medianas. El propio gobernador, Pablo Hernández de Cos, no oculta en público que las nuevas exigencias de capital tendrán un impacto mayor en estas entidades de tamaño medio. En otras palabras, que no les va a quedar más remedio que fusionarse para cumplir con los nuevos requerimientos. Pero miren por dónde, hay quien no piensa eso.

Las presiones están siendo muy fuertes. Ha llegado el momento de reanudar el proceso de consolidación del sector y de hacerlo, como adelantó Hispanidad, con una fusión a cuatro entre Unicaja, Liberbank, Ibercaja y Abanca. Primer escollo serio: Ibercaja se niega. Desde Zaragoza le han hecho saber al Banco de España (otra vez) que no cuente con ellos.

Para entendenros, la entidad maña quiere seguir sola, lo diga el BCE o el BdE

¿Por qué me voy a fusionar si soy mejor y en una fusión siempre pierde la que está mejor? No tiene sentido. Ciertamente, la entidad que dirige Víctor Iglesias no tiene ningún problema serio salvo que tiene que aumentar sus recursos propios, según el BCE. Nada que no pueda afrontar en solitario.

En definitiva, Ibercaja quiere mantenerse independiente a toda costa. Y dentro de sus planes está la salida a bolsa. La aspiración es colocar entre un 20% y un 25% del capital, aunque la Fundación Bancaria Ibercaja, que controla el 87%, tiene margen hasta el 40%. No es una norma escrita pero es el umbral aceptado por el BCE. Lo importante es cumplir con los recursos propios marcados desde Fráncfort. El escollo más significativo al que se enfrenta Ibercaja es la situación actual de los mercados, que terminan el año con muchas dudas. En todo caso, la entidad deberá mejorar los resultados obtenidos hasta septiembre si pretende que el estreno en el parqué sea un éxito.

En este contexto, en el que el timing es importante, la entidad aragonesa ha decidido acelerar la operación al primer semestre de 2019. No queda mucho tiempo y ya ha puesto la maquinaria en marcha con la selección de los bancos colocadores, entre los que ya ha elegido a Merrill Lynch. Todo menos una fusión, y menos aún si es a cuatro bandas.

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