La plantilla de BBVA España está inquieta, y no es por el 'caso Villarejo', sino por el temor a que el banco intensifique durante el presente ejercicio el ajuste de personal que lleva realizando desde hace un lustro. Hablamos de entre 800 y 1.000 salidas anuales, entre prejubilaciones y bajas incentivadas, principalmente, acompañadas del cierre de unas 200 oficinas cada año. Nada de EREs ni de medidas traumáticas, que se quedan para otro momento, por ejemplo, para las fusiones.

La inquietud de los empleados en estos primeros compases del año está justificada: se daba por hecho que 2019 iba a ser el año del gran ajuste de plantilla en nuestro país -actualmente formada por 30.200 empleados-, pero finalmente no fue así. Lo que hubo fue demasiada incertidumbre provocada por el 'caso Villarejo', acompañada por la falta de gobierno y las protestas en Cataluña durante el último trimestre. Al final, lo único que cambió respecto a los ejercicios precedentes, fue la disminución de las prejubilaciones, que pasaron de unas 600 al año a estar en el entorno de las 300, frente al aumento de las bajas incentivadas.

En definitiva y si nadie lo remedia, lo que Carlos Torres no llevó a cabo en 2019 se ejecutará durante 2020, esto es, un ajuste de plantilla en España que superará ampliamente los 1.000 trabajadores. Y en el entretanto, Cristina de Parias, ahora consejera de BBVA México, mantiene su sueldo de directiva tras ser cesada como responsable del banco en España.