• Así es la pérfida estrategia del coloso de ventas online para aplastar a la competencia y lucrarse después con el cliente.
  • Ahora prepara el zarpazo en el servicio Prime a los clientes españoles, con una nueva tarifa que se sitúa entre franceses y alemanes.
  • Con la misma falta de escrúpulos que emplea, como otras tecnológicas, para pagar menos impuestos.
La multinacional Amazon, líder en comercio online prepara un zarpazo en toda regla para los suscriptores del servicio premium, ahora llamado prime, con el que puede duplicar y hasta cuadriplicar el precio pagado actualmente porque es demasiado barato, dice la compañía. Así será si no cambia el guión de su estrategia, perversa, en un momento, además, en el que se prepara para el asalto físico -como en el caso de Carrefour-, para competir en las grandes superficies, del mismo modo que ha devorado al pequeño comercio. Al grano. El coloso de intenet prepara una subida de entre 20 y 40 euros anuales por el servicio prime, teniendo en cuenta que sólo lo ha subido cinco euros (de 14,95 a 19,95 euros) desde 2011. Y tiene en cuenta también que ha sumado, desde entonces, nuevos productos a su principal reclamo: envío gratuito del producto en menos de 24 horas. La idea, de hecho, es situar los precios entre 39,95 y 59,95 euros anuales, o lo que es lo mismo en los niveles de lo que se paga en Francia (49 euros) y Alemania (69 euros), aunque los suelos en los dos casos están muy por encima de los pagados en España. Ahora bien, la estrategia del coloso de Jeff Bezos (en la imagen) tiene víctimas, entre las que sobresale el pequeño comercio, al que ha ido machacando a gran velocidad. Como ya les hemos explicado, la fórmula del depredador del pequeño comercio es muy sencilla: consiste en exigir, para empezar, una comisión del 15% del precio de venta al público y a eso se añade otra comisión -pasarela de cobro le llaman- por el servicio de cobrar directamente a los clientes. Y a eso se van sumando cargas (léase, comisiones) por empaquetar, envío, publicidad o IVA. En fin, un cúmulo de gastos que estrangula el margen del beneficio del pequeño comercio, que tendrá que pagar religiosamente su impuesto de sociedades. Curiosamente el mismo impuesto del que huye Amazon, a la que la Comisión Europea le acaba de obligar a devolver 250 millones por declarar en Luxemburgo, con ventajas fiscales, entre 2003 y 2011. En ese caso, el gigante del comercio electrónico redujo los pagos "sin una justificación válida" y dejó a salvo de tributación de tres cuartas partes del beneficio. Dicho sea todo: Amazon hace lo mismo que Google, Facebook, o Apple para no tributar en España: toma el dinero y corre. El mecanismo también es sencillo: maniobrar para no pagar impuestos por su actividad en cada país. España es, de hecho, uno de los países perjudicados: por beneficios, han pagado 65 millones en 16 años, una miseria. Rafael Esparza