• Vuelve a caer en bolsa tras el relevo en la cúpula: Peter Guenter sustituye al ceo, Eduardo Sanchiz.
  • Las alarmas proceden de la filial americana, Aqua Pharmaceuticals, causante del último profit warning.
  • La farmacéutica de los hermanos Gallardo arrastra una penalización bursátil del 45%.
  • Lo sufren los pequeños accionistas, castigados además con sucesivas ampliaciones de capital.
  • Lo demás, como el deseo de renunciar de Sanchiz, son historias…
Almirall ha relevado a Eduardo Sanchiz como consejero delegado, no por su expreso deseo de renuncia al cargo, como dice la compañía en su nota a la CNMV, sino forzado por las circunstancias: el último profit warning al que siguieron, después los números rojos en el primer semestre, con la consiguiente penalización en bolsa. El valor, de hecho, ha caído casi un 50% en lo que va de año: empezó cotizando a casi 16 euros y ahora se acerca a 8 euros. Un tobogán del 44%, en concreto, que ha perjudicado especialmente a los pequeños accionistas, a los que ha castigado en el pasado, además, con sucesivas ampliaciones de capital. A Eduardo Sanchiz le sucede ahora Peter Guenter, procedente de la farmacéutica Sanofi, donde era uno de los vicepresidentes ejecutivos. En otras palabras, un hombre de talla -ha trabajado también en SmithKline y Synthelabo- para poner orden en la compañía una vez que le han parado los pies en EEUU por los problemas en el negocio de su filial, Aqua Pharmaceuticals. Desde el pasado día 22 preside esa filial Ron Menezes, que tomó el relevo de Ted White, que no ha reconducido la situación en un año. Y a partir de ahí, Guenter será, en efecto, la persona que corrija los excesos en la compañía de los hermanos Gallardo  parta redefinir la estrategia de la compañía. La explicación está en las últimas cuentas, con pérdidas 73,1 millones, nada que ver con los beneficios anteriores de 80,5 millones, precisamente por los problema en su filial USA. También retrocedían los ingresos, un 11,5%, y las ventas, un 15,4%, y en paralelo quiere seguir líder mundial en dermatología, a pesar del desplome del 68,2% sufrido en Estados Unidos. Rafael Esparza