El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida y el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith. 

Es verdad que “la violencia no tiene género”, proposición favorita de Vox pero el partido de Abascal debería profundizar más en la materia.

Por ejemplo, podría centrarse en que la ley contra la violencia de género es injusta, porque discrimina a los varones, o que las leyes de odio (510 del Código Penal) son radicalmente injustas por la misma razón: en el primer caso los varones, en el segundo todos los acusados, independientemente de su género.

Debería decir, por ejemplo, que las leyes son injustas porque tratan distinto a hombres varones y mujeres y debería hacer hincapié en que la única violencia que existe no es la violencia física.

Y también en que un minuto de silencio es aceptar lo que Vox no debe aceptar: un gasto masónico en lugar de rezar por el alma de difunto… que es lo que siempre se hacía.

Ahora bien: la pancarta de Vox asegura que la violencia no tiene género, cierto, y que conviene hablar de violencia intrafamiliar (más bien doméstica). Con ello quiere demostrar la falsedad de la idea matriz del feminismo sobre la violencia ‘machista’: les matan porque son mujeres; no, les matan porque son sus esposa, cuando el amor mutuo en la pareja se ha convertido en odio-mutuo.