El individuo que pilotaba la lancha neumática («goma»), que el lunes causó la muerte de un niño en la playa de Getares de Algeciras, y el padre del menor pertenecían a clanes diferentes del narcotráfico que operan en la zona, según han informado a La Razón fuentes conocedoras del asunto. El comisario de Algeciras dijo ayer que de lo investigado no se deduce un ajuste de cuentas y lo atribuyó a una maniobra temeraria.

Ambos viven en el barrio de El Saladillo de Algeciras por lo que se conocían ya antes del incidente. No ha trascendido la identidad del individuo que pilotaba la «goma» en el momento del abordaje aunque sí la del padre del niño muerto. Se trata, tal y como adelantó La Razón en su última edición de ayer, de Manuel Mancilla Ruiz, con antecedentes y que, según las mismas fuentes, pasa por ser uno de los lugartenientes de la organización «Los Pantoja», cuyo cabecilla sería Abdellah el Haj, alias «Messi», uno de los narcotraficantes más importantes del Campo de Gibraltar. Este individuo se encuentra en libertad tras aceptar el pago de una fianza de 80.000 euros. El Haj se encontraba en Marruecos, cuando logró escapar de una espectacular operación contra el tráfico de hachís en Algeciras.

Los hechos que concluyeron con la muerte del niño se habían iniciado una hora antes. La «goma» había sido recogida en ese momento del depósito del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, donde estaba retenida. El propietario facilitó la documentación correspondiente y acreditó que tiene el título de patrón, por lo que la Guardia Civil procedió a entregársela.

La embarcación había sido controlada ante la sospecha de que podía prestar apoyo logístico a los narcotraficantes. De hecho, fue interceptada sin documentación y con garrafas de gasolina. Y aquí puede estar una de las claves de este turbio asunto. ¿Por qué los ocupantes de la «goma» se dirigieron directamente a Getares, donde ya debían saber que se encontraba Manuel Mancilla?

El hecho de que el piloto de la «goma» hiciera maniobras bruscas pudo ser una provocación para llamar la atención de Mancilla, que estaba en el mar a bordo de una barca rígida y le acompañaba su hijo. Lo cierto es que ambas embarcaciones se juntaron en un momento y se entabló una conversación, cuyos términos se desconocen pero que no debió ser muy amigable al pertenecer a clanes distintos.

Lo ocurrido, y la reciente agresión a unos guardias civiles, saca a la luz la impunidad con la que operan los clanes de la droga en la zona.

Se dijeran lo que se dijeran, pasara lo que pasara (algunos comentarios sin confirmar hablan de que Manuel llegó a blandir un destornillador), lo que ocurrió a continuación fue el abordaje de la «goma» a la barca rígida en la que estaba Manuel con su hijo, que falleció.

Al ver la magnitud de lo que había ocurrido, el piloto trató de huir lo que, tal y como adelantó este periódico, impidió el otro tripulante de la «goma» al retirar las llaves del contacto y dejar a la embarcación inmóvil. Esta persona fue puesta ayer en libertad. El piloto, que permanece detenido, cuenta con antecedentes por narcotráfico, por los que cumplió dos años de condena en prisión.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, reveló que el padre del menor también cuenta con antecedentes, aunque no quiso ser más explícito.

En cualqueir caso, lo ocurrido, y la reciente agresión a unos guardias civiles, saca a la luz la impunidad con la que operan los clanes de la droga en la zona.