• En Mosul, los yihadistas recurren a infiltrarse entre los civiles, disfrazarse, esconderse en túneles e inmolarse para tratar de defender su "capital".
  • Y si los civiles se niegan a prestar ayuda a los yihadistas, son asesinados ante otros miembros de su familia acusados de "apostasía y espionaje".
  • Y aquellos civiles que dan la bienvenida a las supuestas fuerzas antiterroristas son ejecutados.
La operación para evacuar a las personas que quedan en los barrios asediados del este de la ciudad siria de Alepo (norte) se ha reanudado este lunes (ya van al menos 3.5oo personas), en paralelo a la salida de 500 personas de los pueblos de mayoría chií de Fua y Kefraya, ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Según el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, este fin de semana quedaban unos 40.000 civiles y de 1.500 a 5.000 combatientes con sus familias en las zonas rebeldes de Alepo. Estas operaciones de evacuación han sido posibles gracias al acuerdo alcanzado entre Turquía, aliada de los rebeldes, Irán y Rusia, que respaldan al Gobierno de Damasco, ha apuntado la ONG. En ese contexto, los terroristas yihadistas de Alepo oriental impiden todo intento de los civiles de usar los pasillos humanitarios, declaró el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Ígor Konashénkov, recoge Sputnik. Según este portavoz, los terroristas ponen obstáculos a los civiles que se dirigen a los corredores especiales y "todas las calles adyacentes están minadas". Agregó que, según los civiles que consiguieron abandonar la ciudad, los radicales realizan casi a diario acciones represivas en todas las áreas que controlan. Y en Mosul, con las tropas iraquíes pisándoles los talones en la mitad oriental de la ciudad, los yihadistas recurren a infiltrarse entre los civiles, disfrazarse, esconderse en túneles e inmolarse para tratar de defender su "capital" en Irak, informan agencias. Los combatientes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) emplean a los habitantes de Mosul como escudos humanos o se visten de civiles para no ser reconocidos por las fuerzas gubernamentales. Estas "tácticas sucias", como las define un responsable de la Gobernación de Nínive, cuya capital es Mosul, Jalaf al Hadidi, han causado decenas de muertos entre los soldados, pero también entre la población civil. Al Hadidi explicó que hay "yihadistas vestidos de civiles pero con armas y cinturones explosivos" y que, cuando empiezan los combates, muchos de ellos entran en las casas de los vecinos, suben a las azoteas y obligan a las familias a prestarles ayuda. Para los civiles es un imposible negar esta asistencia, ya que si lo hacen son asesinados ante otros miembros de su familia acusados de "apostasía y espionaje", señaló Al Hadidi. Todas estas artimañas dificultan al Ejército la distinción entre los civiles y los yihadistas, ya que los primeros no pueden siempre seguir los consejos de las autoridades de no subir a las azoteas y alejarse de las posiciones del EI. En otras ocasiones, los radicales se visten de negro, guardando una gran similitud con los uniformes de las fuerzas antiterroristas, y pintan sus vehículos militares como los de este contingente. El responsable de la Gobernación de Nínive denunció que estas tretas buscan "engañar a los civiles". Aquellos que dan la bienvenida a las supuestas fuerzas antiterroristas son ejecutados. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com