Alantra y Abante son las dos entidades independientes de asesoramiento financiero que aspiran a ser bancos de inversión en España. La primera sale a la palestra, este jueves, por sus resultados trimestrales, la segunda, hace dos días, por la multa de la CNMV por no informar de su participación de 200.000 euros en el Grupo Prisa, una infracción considerada “muy grave”.

El cometido de los dos, en cualquier caso es el mismo: asesorar a inversores cualificados y buscar el dinero para operaciones corporativas. Y los dos, además, resisten a los nuevos requisitos de la  Directiva sobre los Mercados de Instrumentos Financieros, con las MiFID II, en vigor desde enero, que traen más burocracia y la amenaza de supervivencia de los pequeños brokers al encarecer los precios para inversores y ahorradores.

Alantra, antigua N+1 y con el mismo presidente, Santiago Eguidazu, ha ganado 4,1 millones entre enero y junio, un 39,6% menos, aunque eleva sus ingresos 11,3% (26,6 millones) por su dos frentes de actividad, asesoramiento financiero (+14,5%) y gestión de activos (6,6%).

Alantra nota la menor actividad en el primer trimestre y reduce su beneficio a 4,1 millones, un 39,6% menos

La caída del beneficio se debe a la menor actividad (-21%) en el primer apartado (Investment banking) y al aumento de los gastos de explotación (+18,8%), por su plan de inversiones: la integración del banco de inversión británico Catalyst (ahora Alantra UK) y su programa para crecer EEUU y Europa (ya tiene oficinas en Austria y Bélgica y comienza en Italia). La Junta de Accionistas, celebrada ayer miércoles, aprobó un dividendo de 0,37 euros.

Su cometido principal, como en el caso de Abante, es el asesoramiento y las búsqueda de financiación para ampliaciones de capital (el dinero no lo pone, lo busca) y otro tipo de operaciones corporativas, como asegurarse el control por determinados accionistas.  Pongan ahí, ventas, adquisiciones, fondos de inversión, empresas, colocación de activos, salidas a bolsa, etc.

La misma actividad que Abante, con 16 años a cuestas y que preside Santiago Satrústegui, también en pleno proceso de expansión con la incorporación de profesionales en todas las áreas, pero dirigidas a las dos grandes de banca de inversión y gestión de activos con productos de inversión (unos 3.000 millones).

En empleados, Abante y Alantra se mueven en cifra parecidas, 170 en el primer caso y 130 el segundo.