Airbus ha perdido vuelo en el primer trimestre, pues el beneficio neto ha caído un 31% hasta los 283 millones de euros por culpa del A320 neo (retraso en la entrega de motores). Pero no es el único avión con problemas, pues el gigante aeronáutico ha tenido que reajustar la producción del A330, el ‘famoso’ A400M y el A380.

La facturación tampoco ha tenido un buen rumbo por menores entregas de aviones comerciales y helicópteros, situándose en 10.119 millones (-12%).

En concreto, la división de aviones comerciales ha ingresado 7.222 millones (-12%) porque se dieron 121 entregas en lugar de las 136 de hace un año, pero el objetivo de este año se mantiene en 800. En helicópteros, la facturación ha bajado un 18%, hasta los 961 millones y en Defensa y Espació, un 5%, hasta los 2.217 millones por la venta de Defence Electronics.

Estas cuentas no suponen ninguna alegría para el cuestionado Tom Enders, que seguirá como Ceo hasta 2019. Aunque los franceses intentaron aprovechar las acusaciones de corrupción para tumbarlo, mientras España sigue marginada en el gigante aeronáutico europeo: la consejera Amparo Moraleda no representa al Gobierno y este no tiene intención de ampliar su participación -como quería María Dolores de Cospedal-.