El Gobierno canario ha prohibido las misas de más de 10 personas. O sea, que se ha cargado la eucaristía, salvo que sacerdotes y fieles hagan lo que deben hacer: desobedeced.

En Castilla León, el gobierno de Fernández Mañueco -no es de izquierdas es del PP en coalición con Cs, todos muy píos- ha reducido el aforo en las misas hasta 25 personas. Por ejemplo, en la catedral, con aforo para centenares de fieles. Y eso supone prohibir la eucaristía de hecho… salvo que sacerdotes y laicos se arriesguen a ser multados o encerrados en el calabozo… que es lo que deben hacer.

Han convertido el coronavirus en una excusa para prohibir la Eucaristía y favorecer la profanación

A ver reparen en este ejemplo: misa de 25 personas, máximo en la catedral de Valladolid. ¿Cómo cumplirán el precepto los vallisoletanos? Ya está: un cura podría decir una misa cada hora, durante las 24 horas del día. 25 por 24 resulta que en 24 misas… hasta 600 personas cumplirían el precepto. Por los 60 templos que habrá en Valladolid capital a lo mejor conseguimos que cumpla el precepto, que sé yo, la décima parte de la población. ¿Y el resto? Que se confiesen los lunes, aunque no creo que ningún cura pueda oírle en confesión tras oficiar 24 eucaristías el día anterior. Probablemente estará muerto.

Mañueco dicta normas idiotas, quizás porque es un pepero progresista: ¿25 personas por templo en la catedral o en una capilla de 40 metros cuadrados? Es igual: 25.

Y resulta que la vacuna contra el Covid es la Eucaristía

Está claro que lo que tenemos que hacer los católicos es infligir la norma, violar la ley. Y lo mismo la jerarquía. La Iglesia vive de Eucaristía, y si los partidos políticos, de izquierdas y de derechas, quieren suprimir la Eucaristía, nuestro deber es hacerles frente. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Por tanto, que los obispos y sacerdotes abran las iglesias a todo aquel que quiera entrar y que los fieles entren. Y si nos detienen a todos, pues que nos detengan. Y si nos multan, que nos multen.

¿Es que no nos damos cuenta de que todas esas prohibiciones no son sino un ensayo para la prohibición total de la Eucaristía? Y sin Eucaristía, ni hay fe ni hay iglesia

Han convertido el virus en una excusa para prohibir la Eucaristía y favorecer la profanación. Y resulta que la vacuna contra el Covid es la Eucaristía.

¿Es que no nos damos cuenta de que todas esas prohibiciones no son sino un ensayo para la prohibición total de la Eucaristía? Y sin Eucaristía, ni hay fe ni hay Iglesia.

Es la hora de los mártires. Sí, del martirio. Si lo prefieren de la coherencia. Pero como decía San Juan Pablo II, en el siglo XX, resulta que el martirio es la coherencia.