Al menos un centenar de miembros de las fuerzas de seguridad afganas han muerto este lunes en un ataque talibán contra un centro de entrenamiento en la provincia de Wardak, a 50 kilómetros de Kabul (Afganistán). Se trata de la segunda operación de envergadura que los yihadistas se atribuyen en 24 horas, publica El País.

Un suicida hizo estallar un coche bomba a las siete de la mañana en las proximidades del centro de entrenamiento de la Dirección Nacional de Seguridad (NSD, por sus siglas inglesas) a las afueras de Maidan Shahr, la capital de Wardak, ha informado ToloNews.

“Hasta donde sabemos 126 personas han perecido el asalto a la base”, ha asegurado un alto cargo de Defensa desde el anonimato. También un funcionario provincial ha hablado de más de cien muertos.

“Hasta donde sabemos 126 personas han perecido el asalto a la base”, ha asegurado un alto cargo de Defensa

Aunque no está claro cuántos de los fallecidos son miembros de la NSD o reclutas de la milicia local a la que entrenaban, se trata de un doble golpe para el Gobierno de Kabul. Además del elevado número de víctimas, el objetivo elegido añade sal a la herida. La NDS es el principal servicio de inteligencia afgano y el ataque es el más grave que ha sufrido en sus 17 años de existencia.

En los últimos meses la guerrilla talibana ha aumentado sus operaciones contra las fuerzas de seguridad y las sedes gubernamentales, a lo que las fuerzas estadounidenses han respondido atacando a sus jefes militares sobre el terreno. Ese refuerzo de las hostilidades parece un intento de ganar bazas ante las negociaciones que el enviado especial de Estados Unidos para reconciliación afgana, Zalmay Khalilzad, lleva explorando varios meses con los representantes talibanes en Doha (Qatar).

En cualquier caso, algunos observadores opinan que la filtración de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, quiere retirar a sus soldados de Afganistán está disparando los ataques terroristas yihadistas en el país afgano.