BBVA y los sindicatos mayoritarios (CC.OO., ACB y UGT) han firmado este martes por la tarde el acuerdo que culmina la negociación del despido colectivo (vea las condiciones en el documento al final del artículo). Los representantes de los trabajadores están satisfechos, aunque no ocultan el sabor agridulce que supone negociar un ajuste que afectará a 2.725 empleados, frente a los 3.798 previstos inicialmente.

El banco ha aceptado finalmente las dos premisas que exigían los sindicatos: que las salidas sean voluntarias y que primen las de los mayores de 50 años, con rentas periódicas de hasta el 75% del salario, frente a los menores de esa edad que, en cualquier caso, saldrán con unas condiciones económicas sensiblemente mejoradas respecto a las planteadas por el banco al comienzo de la negociación.

El acuerdo reduce el impacto del despido colectivo en Cataluña, una de las regiones donde el ajuste iba a tener más incidencia. En esta línea, el acuerdo prevé que alrededor de dos tercios de las salidas afecten a la red de oficinas y el tercio restante a los servicios centrales. El banco se reserva, en cualquier caso, el derecho de veto para evitar que un área concreta quede mermada y no pueda prestar el servicio previsto.

En definitiva, el acuerdo firmado por el banco y los sindicatos -entre CC.OO., ACB y UGT suman el 73% de la representatividad-, es satisfactorio para ambas partes, principalmente para los sindicatos.

Mientras, en Caixabank avanzan las negociaciones, pero muy lentamente. Las posturas continúan muy alejadas.

Relacionado