ACS negocia con la francesa Vinci la venta de Cobra por 5.200 millones de euros, según un comunicado remitido este viernes por la compañía a la CNMV. La noticia ha sorprendido, no sólo al sector, sino a toda la city madrileña: Cobra no es una filial más de ACS: es la joya de la corona sobre la que gira el negocio constructor. Es, en definitiva, el corazón del grupo que preside Florentino Pérez.

No se trata, por tanto, de una desinversión cualquiera ni mucho menos de una rotación de activos. Se trata de un movimiento estratégico que marcará un antes y un después del grupo.

En cualquier caso, estimado lector, puede estar tranquilo: Florentino (73) (¡Oh capitán, mi capitán!) no se jubila. Retirarse no es algo que entre en los planes del presidente CEO de ACS y presidente del Real Madrid. El que sí podría marcharse es Marcelino Fernández Verdes (65).

El CEO de ACS y presidente de Abertis está harto. Volvió a España, en teoría, como primer ejecutivo del grupo, pero Florentino (¡Oh capitán, mi capitán!) pronto terminó con su sueño y se autonombró presidente y CEO, todo al mismo tiempo, de tal manera que en ACS hay un presidente ejecutivo (Florentino) y dos CEO (Florentino y Marcelino). “Yo no cedo nada”, afirmó Florentino cuando le preguntaron sobre sus competencias ejecutivas tras el nombramiento de Marcelino.

Sea como fuere, la gota que habría colmado el vaso fue la destitución, en febrero, de Adolfo Valderas y el nombramiento de José María Castillo Lacabex como consejero delegado de Dragados. Valderas era un hombre de confianza de Marcelino: le acompañó en la filial australiana CIMIC, donde ejerció como director de operaciones primero, director financiero después y, finalmente, como CEO, antes de volver a España como consejero delegado de Dragados. Al parecer, Pérez quiere fomentar la competencia interna pero Fernández Verdes se ha cansado de esperar la jubilación de su jefe. Y es que, como le ocurriera a Alfonso Escámez, Florentino no nombra delfines porque se le mueren. En este caso, de aburrimiento.

La negociación con Vinci, como hemos señalado antes, ha sorprendido a propios y extraños. Lo cierto es que nadie entiende las cuentas de ACS y en el sector se sospecha que Florentino vende Cobra para reducir deuda.

¿Comprar Abertis? Podría ser otra opción, aprovechando el nuevo desencuentro entre Atlantia -propietaria de la mayoría de la concesionaria- y el Gobierno italiano. El grupo controlado por la familia Benetton sigue en una situación muy delicada tras el colapso del puente de Génova, en agosto de 2018, en el que murieron 43 personas.