• Cae otro 2% y se aleja más de los 14 euros a los que cotizaba en marzo.
  • Rafael Miranda no teme una OPA, aunque nadie está a salvo de esa opción.
  • Tampoco teme a Trump: EEUU es su principal mercado y fabrica en suelo americano.
  • Pide cautela a la UE con las emisiones de CO2: es una incongruencia contra la industrialización.
Acerinox cotizaba a principios de marzo a 14 euros y este miércoles a 12 (cae un 2%). Arrastra así una penalización importante en bolsa, a pesar del bueno resultado en el primer trimestre y de las recomendaciones favorables de los analistas. Y de ahí a pensar en una OPA va un paso, pero su presidente, Rafael Miranda (en la imagen), no lo ve probable, o eso ha dicho, este miércoles, al ser preguntado al respecto un día antes de la Junta de Accionistas. Le acompañaba el ceo, Bernardo Velázquez. Posible, sí -"nadie está libre de que pueda pasar"-, pero no probable -"no vemos ese riesgo"- y a partir de ahí toca estar más pendiente del negocio en el que es líder, el acero inoxidable, y los retos que tiene por delante, a partir de los anunciado en el primer trimestre, con una cifra en el margen sobre ventas (15.3%), que no vería desde 2007, cuando empezó la crisis. A su favor, la revalorización de la materia prima. En suspense, lo que pueda pasar EEUU, su principal mercado (35%), con la nueva política económica de Trump, pero no hay riegos en ese sentido. La bajada de impuestos para las empresas o el plan de inversiones en infraestructuras juegan a favor de  Acerinox, que tampoco teme una política proteccionista porque es un fabricante en suelo americano y no le afectarían los aranceles. En cualquier caso, como ha dicho Miranda, "si la empresa va bien, es que Estados Unidos va bien". Otro punto de atención ha estado en las exigencias mediombientales de Bruselas para reducir las emisiones de CO2, lo que podría provocar el cierre de empresas. Acerinox, en ese sentido, está haciendo los deberes. Como ha señalado Bernardo Velázquez, Acerinox emite un 30% de emisiones menos que la medida de la industria siderúrgica. Ahora bien, si Bruselas carga por ese lado, la alternativa es traer el acero de China, lo cual es una incongruencia contra la industrialización y también contra las emisiones de CO2 porque el transporte en barco desde el gigante asiático aumentaría un 50% la contaminación. Es uno de los motivos por los que se ha unido a la petición por carta de las siderúrgicas europeas a la UE para que mida el impacto de las reformas. Rafael Esparza