Está siendo un año complicado para Acerinox. La compañía ganó 113 millones de euros hasta septiembre, un 49% menos que en 2018, debido a la caída de la demanda y al desplome de los precios, a lo que ha contribuido de manera decisiva el mercado chino. De hecho, la producción mundial de acero inoxidable cayó con fuerza en EEUU (-6,4%), Asia sin China ni Corea del Sur (-6,4%) y Europa (-4,9%), mientras se disparó un 8,5% en China. Al final, la producción mundial aumentó un 1,9% gracias al impulso chino.

Las caídas fueron la tónica general de los nueve primeros meses del año. Los ingresos lo hicieron un 5%, hasta los 3.661 millones de euros, y el Ebitda, un 31%, hasta los 290 millones.

Y es que competir con los chinos es imposible y Acerinox no es especialmente optimista de cara al futuro. “En estas circunstancias, a las que se une el habitual control de inventarios de final de año, prevemos que los mercados mantengan un comportamiento similar al que viene produciéndose durante el ejercicio, sin que se perciban, de momento, señales de recuperación”, señala la compañía en un comunicado remitido este lunes.

Aun con todo, las acciones de Acerinox suben más de un 2,7% durante la mañana de este lunes.