• La "gran movilización de recursos humanos y técnicos" que asegura el Gobierno alauita no cuadra con el relato del superviviente Juan Bolívar.
  • El espeleólogo superviviente español ha denunciado las condiciones en las que se realizó el rescate.
  • Uno de los miembros de la expedición, Juan Morillas, ha anunciado que habrá actuaciones judiciales para que lo ocurrido "no quede impune".
  • Montañeros españoles también han criticado el hecho de que Marruecos no autorizase antes la llegada del avión de los equipos de rescate españoles.
  • Pero el Gobierno español, aunque reconoce "disfunciones", echa pelillos a la mar. 
Como se ha informado, un grupo de espeleólogos españoles quedaron atrapados en el interior del cañón del Atlas marroquí, de 400 metros de profundidad, situado en la localidad de Tarmest en la provincia de Uarzazate, en el sur de Marruecos. Fueron localizados el pasado sábado, aunque dos de ellos murieron. 

En la expedición, que comenzó el 27 de marzo, iban Gustavo Virués como líder, fallecido en el accidente y José Antonio Martínez, que murió tras al rescate, también Juan Bolívar, el único superviviente, y otros tres integrantes que se separaron al iniciarse la ascensión del cañón.

El que sobrevivió, el agente de Policía Juan Bolívar, rescatado ileso el pasado domingo por agentes de la Protección Civil marroquí. Pudo salir por su propio pie del cañón y tras recuperarse en un hospital de Marruecos regresó a España el pasado martes en un avión del Gobierno español.

Pero ayer jueves Bolívar hizo un relato espeluznante de lo ocurrido -recogido por las agencias- y denunció las condiciones en las que se realizó el rescate. Según explicó en rueda de prensa, su compañero José Antonio Martínez, herido tras caerse en el cañón de Wandras, pasó una noche entera en el agua del río, después de que la camilla cayera al río cuando intentaban sacarle "a pulso", según ha asegurado, sin ningún tipo de maquinaria.

Agentes de la Gendarmería marroquí llegaron a la mañana siguiente y llegado un momento a su amigo "solo se le veían las manos fuera del agua". El gendarme "se dio cuenta, miró hacia arriba y se marchó", ha agregado. Así pasaron más de dos horas con su compañero en el agua hasta que llegaron agentes de protección civil que sacaron a José Antonio del agua.

Bolívar ha asegurado en la rueda de prensa que siente "rabia e impotencia" al recordar como "alguien que viene a ayudarte hace tal chapuza", ha dicho en respuesta a las preguntas de los periodistas, tras explicar como "lo metieron" en el río, después de haber logrado sobrevivir durante cinco días.

"Si me dicen que iban a sacarle a pulso no les hubiera dejado", ha asegurado, refiriéndose al hecho de que no utilizaran ningún tipo de maquinaria en el rescate.

Hasta el momento del rescate su amigo estaba vivo, ha asegurado. Cuando llegaron los gendarmes le dijo a José Antonio que aguantara cinco minutos que estaba fuera. En un primer momento los gendarmes le hicieron señas para que colocara a su amigo en la camilla, a lo que él se negó y solicitó que lo hiciera un experto.

Después, un gendarme bajó, colocó a su amigo en la camilla. Cuando la estaban subiendo le pareció extraño que la cuerda "no se tensara". "Tuve que agarrarlo yo con mis fuerzas para que no se ahogara", ha señalado.

En otro pequeño tirón, la camilla "quedó debajo de la catarata", con el gendarme que iba enganchado, según asegura. El agente se alejó pero su amigo seguía "con la cabeza en el agua" y así llegó la noche. "Yo sin fuerzas no podía hacer nada escuchaba a Jose que se ahogaba y que gritaba: me ahogo", ha relatado.

Uno de los miembros de la expedición a Marruecos, Juan Morillas, ha anunciado, en la rueda de prensa en Granada, que habrá actuaciones judiciales para que lo ocurrido "no quede impune". Considera que la muerte de José Antonio ha sido "un asesinato con negligencia del Gobierno marroquí por prepotencia" y responsabiliza también al Gobierno español por "creerse" a Marruecos y "no poner los medios necesarios".

Montañeros españoles también han criticado cómo se realizó el rescate y el hecho de que Marruecos no autorizase antes la llegada del avión de los equipos de rescate españoles.

Y todo este relato de los espeleólogos españoles no cuadra con la versión del Gobierno de Marruecos, quien ha asegurado que "no escatimó ningún esfuerzo para rescatar a los tres montañeros españoles". En su rueda de prensa semanal, el portavoz gubernamental, Mustafa Jalfi, contestó a las críticas emitidas desde España por el retraso con que Marruecos permitió entrar a los equipos de rescate españoles.

Jalfi, quien lamentó el accidente, subrayó los "esfuerzos excepcionales" desplegados por su país y la "gran movilización de recursos humanos y técnicos" dedicados al rescate de los montañeros. También destacó el "avanzado nivel de cooperación entre los dos países" y de los "eficientes mecanismos" de esta cooperación. "Lamentablemente, las operaciones no tuvieron éxito completo y desde aquí expresamos nuestro pésame a las familias de los muertos", agregó.  

Por su parte, el ministro de Exteriores, García-Margallo, reconoció que hubo "disfunciones" en el rescate ya que el avión no pudo estar allí "cuando les hubiera gustado". Mientras que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, agradeció el pasado lunes el "gran esfuerzo" de Marruecos para intentar rescatar a los montañeros españoles y aseguró que el país vecino tuvo en esa operación "buena voluntad y afán de colaboración". O sea, pelillos a la mar...

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com