• El beneficio neto en el primer trimestre suma 5.561 millones tras la quita de deuda y la ampliación.
  • Deja atrás los números rojos por el efecto balsámico de la reestructuración, pero con las ventas resentidas.
  • La facturación se concentra en lo que es, una ingeniería agarrada a dos máximas: ni deuda ni riesgo.
  • El Ebitda, en línea de partida, pendiente de rebajar el coste financiero del 25% con la yieldco y la planta mexicana.
Abengoa deja atrás su periodo más negro, como muestran los resultados en el primer trimestre, aunque todo pasa, de momento, por el cierre de su reestructuración financiera, salvoconducto para comenzar a rodar como una ingeniería (con todo lo que implica) y agarrada a las dos máximas de Gonzalo Urquijo: poco riego y poca deuda. En el trimestre cierra la reestructuración financiera, razón que explica la vuelta a beneficios (5.561 millones), aunque más importante es, en perspectiva, que las ventas se hayan situado en 336 millones de euros, aunque caen un 21%, y que sume nuevos proyectos por unos 200 millones en el exterior. La senda hacia la normalidad se completará con la venta del 41,5% de Atlantica Yield, por la que podría ingresar entre 800 y 1.000 millones este año, que le servirá para buena reducción de la deuda por la entrada de dinero nuevo con un coste financiero del 25%. Será la primera gran desinversión, después de las ya realizadas, pero no la única. También está en la lista la planta de cogeneración mexicana (el Tercer Tren o A3T). El beneficio neto asciende a 5.561 millones, frente a unas pérdidas de 340 millones, aunque hay que tener en cuenta los 5.814 millones de beneficio no recurrente que proceden de la reestructuración financiera, tras la quita de deuda y la posterior ampliación de capital: compensan los números rojos y el equilibrio patrimonial. Ese beneficio no recurrente procede de la cancelación de pasivos (8.461 millones) y el alta de la nueva deuda refinanciada (1.943 millones), con efecto impositivo de 566 millones y la partida adicional de gastos y comisiones (138 millones). Así las cosas, el efecto balsámico se nota en el endeudamiento financiero bruto, con una brusca caída de 12.258 a 5.734 millones, y de éste 2.257 millones por la deuda de sociedades que están a la venta. La facturación se concentra, básicamente, en la actividad de ingeniería, que hubiera generado un Ebitda positivo (3 millones) sin los gastos por servicios generados por la propia reestructuración (52 millones). Hay que tener en cuenta la situación coyuntural de Abengoa, debilitada por sus propias obligaciones para rendir cuentas. En cifras, las ventas ascienden a 295 millones  (frente a los 391 millones del primer trimestre de 2016) y el Ebitda es negativo en 49 millones (7 millones hace un año). Por el resto de la actividad, de tipo concesional (solar, agua y cogeneración), ha facturado 41 millones y un Ebitda positivo de 25 millones. Rafael Esparza