Fin de semana de infarto en Abengoa que ha culminado este lunes con una reunión urgente del Consejo de Administración, que tiene, salvo sorpresa, una opción: declarar el concurso de acreedores. Todo esto sucede después de que el pasado viernes 19 concluyera la enésima ampliación del plazo para cerrar la refinanciación de la compañía, en preconcurso de acreedores desde finales de agosto, y uno de los mayores acreedores se negara a volver a ampliarlo. Ni refinanciación ni más plazo.

Como recordarán, el pasado mes de agosto, la multinacional sevillana llegó a un acuerdo para que la banca acreedora y el ICO le inyectasen, entre avales y liquidez, unos 500 millones de euros. Y para completar lo que era el tercer rescate de la compañía, la Junta de Andalucía debía inyectar 20 millones de euros, pero eso nunca sucedió.

De forma paralela, un grupo de accionistas agrupados en la plataforma AbengoaShares, logró el cese del Consejo de Administración presidido por Gonzalo Urquijo, en la Junta celebrada en noviembre, a pesar de que habían alcanzado el acuerdo de refinanciación y sólo estaban a expensas del dinero de la Junta de Andalucía.

AbengoaShares se salió con la suya, pero solo a medias porque no pudo nombrar a ‘su’ Consejo de Administración, que iba a estar presidido por Marcos de Quinto, exportavoz económico de Ciudadanos y ex vicepresidente de Coca-Cola. Su nombramiento se iba a producir en diciembre, pero tampoco salió adelante por discrepancias de algunos accionistas con su plan de viabilidad. Finalmente, AbengoaShares, ya entonces máximo accionista de la compañía, nombró un nuevo Consejo de Administración presidido por Juan López-Bravo y formado por la consejera Margarida de la Riva Smith y el secretario no consejero, Mario Pestaña Sartorius.

Dos meses después, y salvo sorpresa de última hora, Abengoa, con sus 14.000 empleados -unos 2.000 en España-, está abocada a la quiebra.