Se suponía que en 2020 acababa el saneamiento de Nueva Pescanova, pero las cosas no han salido como Abanca, su principal accionista, esperaba, por culpa de la pandemia del coronavirus, que hará que los resultados sean malos. Y ahora tiene un problema añadido: el riesgo crediticio supera los 400 millones de euros.

El banco que preside el venezolano Juan Carlos Escotet ya controla el 88,4% de la pesquera, tras haber adquirido la participación del 7,94% que tenía Merril Lynch Bank of America. Conviene recordar que el plan de refinanciación fue impugnado por algunos socios, como el fondo americano Broadbill y Pescanova S. A. (la vieja Pescanova), y al final, fue tumbado por el Juzgado Mercantil 1 de Pontevedra.

Aún no se conocen los resultados de 2020 de Nueva Pescanova, pero ya se sabe que serán malos. En 2018 tuvo un beneficio de 5,4 millones de euros, pero en 2019 las pérdidas fueron de 41 millones a pesar de los 1.057 millones (+8%) de ingresos, y el año pasado, habría registrado unos números rojos de unos 21 millones (49 millones en el consolidado), según se recogía en las previsiones del plan de viabilidad presentado por Abanca junto al plan de refinanciación que tumbó el tribunal pontevedrés, como informó La Voz de Galicia. Claro que en 2020, los ingresos podrían haberse movido en línea decreciente por la situación de la pandemia, sobre todo las restricciones, que han afectado a la producción (tiene 17 plantas en diez países de África, Asia, América y Europa, de las que seis están en España, y más de 10.000 empleados) y a las salidas de barcos al mar. Y la deuda, en vez de bajar, ha aumentado, según fuentes de la banca acreedora, pues no hay que olvidar que Abanca también se ha encargado de financiar la construcción de nuevos barcos.

En 2020, Nueva Pescanova podría haber tenido pérdidas, también caída de ingresos y aumento de deuda

Desde hace casi once meses, Abanca se hizo con las participaciones de Sabadell y Caixabank, pero aún sigue teniendo riesgo crediticio con ellos. De hecho, entre capital comprado a los bancos, la deuda concursal (que procede de la antigua Pescanova y que sería de unos 643 millones), la deuda nueva y el capital circulante, el banco que preside Escotet tendría un riesgo crediticio superior a los 400 millones. Además, conviene recordar que tener más del 20% del crédito con una sola empresa, no es lo más recomendable, sino que debe estar más repartido, y además, puede ser un tema grave si se tiene en cuenta el tamaño de Abanca y la caída de sus resultados en 2020

Ante este escenario, Escotet parece que ha empezado a tomar medidas: acudirá a una ampliación de capital dirigida exclusivamente a acreedores para capitalizar 540 millones de deuda. Esta operación afectará al 84% de la deuda concursal, convirtiéndola en capital, para asegurar la viabilidad a largo plazo. Además, el plan de viabilidad que presentó junto al plan de refinanciación (que fue tumbado) incluía una ampliación de capital de unos 500 millones, más la obtención de un crédito de dinero nuevo por 100 millones para afrontar con liquidez y solvencia el periodo 2020-2024. Si la operación sale bien, Abanca podría sanear dejar casi saneada Nueva Pescanova, con fondos propios y capacidad de desarrollar su negocio sin tanto apalancamiento como el actual. Veremos qué sucede.