Ya sabemos de dónde saca Abanca tanto como destaca, al menos durante el primer trimestre del año en curso. Lo saca del ROF (resultado de operaciones financieras), que aumentó un 14,9% respecto al cierre de marzo de 2018, y de las menores provisiones, que disminuyeron un 44,4%. Al final, los 91,9 millones de euros de ROF, representaron el 55% del beneficio bruto, que alcanzó los 164,5 millones de euros, un 5,6% más de lo obtenido en marzo de 2018. Pero el ROF no puede ser una palanca de crecimiento, porque no deja de intermediar con el BCE, principalmente con deuda pública. No crea negocio y, además, las nuevas normas del BCE lo penalizan. Pero tampoco la reducción de provisiones puede convertirse en el motor de la cuenta de resultados, entre otras razones, porque esa reducción tiene un tope, no es indefinida. Y además, tampoco genera ingresos.

A pesar de todo lo anterior, algo hay que reconocerle a la entidad que preside Juan Carlos Escotet: sube el margen de intereses (+3,7%, hasta los 132,4 millones) y las comisiones (+8,2%), que alcanzaron los 46,1 millones. Así las cosas, el margen bruto fue de 284,4 millones de euros, un 7,1% superior al de marzo de 2018. La morosidad, por su parte, lleva 21 trimestres consecutivos cayendo, según la presentación publicada este lunes por la entidad, y se situó en el 3,5%.

Sube el margen de intereses (+3,7%, hasta los 132,4 millones) y las comisiones (+8,2%), que alcanzaron los 46,1 millones

Otra cifra que llama la atención es la que hace referencia a los gastos de explotación: aumentaron un 9,5%, hasta los 148 millones de euros. Pero nada de qué preocuparse, porque las provisiones y deterioros, como hemos señalado antes, cayeron un 44,4%, hasta los 7,2 millones. Al final, y después de registrar 20,8 millones de euros en Otras ganancias/pérdidas, el beneficio antes de impuestos fue de 164,5 millones, un 5,6% superior al de marzo de 2018.

Pero miren por dónde, al final, el beneficio neto sólo subió un 0,6% respecto al del primer trimestre de 2018, y alcanzó los 156,2 millones de euros. ¿La culpa de este ‘estancamiento’? Los 8,3 millones de euros de impuestos que pagó la entidad entre enero y marzo.

Por cierto, Abanca ha anunciado también este lunes que repartirá un dividendo en efectivo de 0,0279 euros brutos por acción con cargo al ejercicio 2018. En total, repartirá 62,4 millones de euros.