Juan Carlos Escotet conoce muy bien lo que está ocurriendo en Venezuela y no quiere dejar escapara la oportunidad de ser el principal receptor del dinero huido del régimen de Nicolás Maduro. Abanca es un claro ejemplo de esto: desde hace años, el antiguo Novagalicia Banco ha destacado por las operaciones inmobiliarias llevadas a cabo por venezolanos que han huido de su país. Hablamos, sobre todo, de rentas altas y muy altas.

Como las que quiere captar Escotet en Miami, donde Abanca abrirá una oficina de representación antes de que termine el año. Cuatro españoles y ocho norteamericanos serán los encastrados de poner en marcha el negocio que, por cierto, ya funciona en Brasil, México, Panamá y en la propia Venezuela, donde Escotet es dueño de Banesco, el primer banco privado del país que continúa intervenido -desde mayo- por el Gobierno Maduro.

Abanca también tiene oficinas en Europa, concretamente en Francia, Alemania, Reino Unido y Suiza.

Solo podrá trabajar con residentes en determinadas circunstancias, y siempre de rentas medias y altas

“Con esta nueva apertura, el objetivo de Abanca es seguir creciendo en mercados de alto potencial”, señaló la entidad el lunes, especialmente “en el segmento de la empresa y de las rentas medias y altas”. Concretamente, y después de un año, la licencia obtenida por la FED permite a Abanca operar con empresas y particulares no residentes. Solo podrá trabajar con residentes en determinadas circunstancias, y siempre de rentas medias y altas.