Pues no presenta malos resultados Abanca, al cierre del tercer trimestre de 2018, que es tanto como decir que presenta, este martes, unos buenos resultados: 398 millones de euros, un 44% más que hace un año. Francamente buenos. El margen de intereses y el margen básico, el anterior más las comisiones netas cobradas por la entidad, han crecido respecto al mismo periodo de 2017 en un 12,6% y en un 10%, respectivamente. Estos dos márgenes son los fundamentales en banca, porque a partir de los mismos se sostiene la estructura de la entidad y se absorbe la morosidad.

El siguiente margen ha crecido de manera muy acusada, utilizando siempre la misma comparativa, y lo ha hecho en un 28,8%. En este sentido han sido muy relevantes los casi 300 millones de euros que la entidad ha cosechado como resultados de operaciones financieras y que, además, han crecido más de un 50% respecto de los primeros nueve meses de 2017. Esta es la parte débil de la cuenta. El año pasado representaban estos resultados casi el 70% de los beneficios de los tres primeros trimestres mientras que este año ya casi alcanza el 75%, si bien es cierto que en esta ocasión incluyen el impacto (293 millones) de la venta de su participación en Itínere al grupo Globalvía.

El banco no tiene ya casi morosidad y presenta unas necesidades por deterioro de sus carteras de acreditados muy bajas

En cualquier caso, los resultados finales del banco dependen mucho de esta operativa, que dependen de la habilidad especulativa de la entidad y de la tendencia de los tipos de interés. La tendencia bajista de los tipos facilita mucho la realización de beneficios con este tipo de operaciones, lo que se pone difícil cuando la tendencia cambia y se pone alcista. Y eso es lo que parece que puede comenzar a pasar dentro de un año. Vamos, que el banco del señor Juan Carlos Escotet puede comenzar a dejar de realizar las plusvalías que atesoran las carteras de deuda pública adquiridas durante la crisis y que tan magros resultados le han dado estos dos últimos años (y todos desde finales de 2012) y encontrarse con que su banco, con tan buenos márgenes, comience a ser inviable. Una víctima, como hasta ahora un beneficiario, de la política monetaria del BCE. Imagino que estará rezando mucho para que la política fiscal de nuestro Gobierno y los de alrededor sea muy expansiva (gastosa) y que el BCE siga apiadándose de los gobiernos de la Zona Euro con tipos muy bajo porque si no… pintan bastos.

La entidad ha anunciado un dividendo a cuenta de los resultados de 2018 de 0,027 euros la acción

La cosa no es baladí. El banco no tiene ya casi morosidad y presenta unas necesidades por deterioro de sus carteras de acreditados muy bajas. Morosidad del 4,5%, un buen ratio de cobertura de dudosos y activos adjudicados, pero con 440 millones de euros de gastos de explotación, que además han crecido en un 8,8% en los últimos doce meses, un margen básico de 534 millones de euros parece escaso, al menos para remunerar al accionista. Claro que como el accionista no puso mucho, cualquier remuneración que perciba es muy elevada. Por cierto, la entidad ha anunciado un dividendo a cuenta de los resultados de 2018 de 0,027 euros la acción, pagadero este mismo martes. En total, 60,5 millones de euros de los que Escotet, (95% de Abanca), se quedará con 57,4 millones.

El balance está muy limpio de activos improductivos (apenas llegan al 2% del total), la solvencia es buena en comparación con el resto de entidades españoles (casi 15%) de CET 1 (phase in) y los ratios de liquidez generosos, especialmente el del a corto plazo (por el que cayó Popular) 216%.

La entidad es una perita en dulce para pasarla a otro: está saneada y los riesgos y beneficios ligados a la incertidumbre de su periodo de saneamiento ya se han pasado y cosechado respectivamente. A partir de ahora, es un negocio maduro. Su rentabilidad no será de locura, pero no debería haber sustos salvo que apareciera un deterioro macroeconómico de cierta severidad o la política monetaria se endureciera en exceso.