• Desde que debutó en el parqué, la compañía ha perdido un 13,5% de su valor bursátil.
  • Ni siquiera los buenos resultados trimestrales han animado a la cotización.
  • En todo caso, la empresa controlada por la familia Oriol prevé cumplir los objetivos anuales.
No deja de ser paradójico. Este martes por la mañana, antes de la apertura del mercado, Talgo enviaba sus resultados trimestrales a la CNMV. Resultados en línea con lo esperado, incluso mejores. A saber: aumento del 66,8% del beneficio, hasta alcanzar los 8,5 millones de euros, crecimiento del 25,8% del Ebit, el beneficio neto de explotación, hasta los 16,6 millones, y un aumento del 9,2% de la facturación, que alcanzó los 86,5 millones de euros. En la nota, la compañía controlada por la familia Oriol y presidida por Carlos Palacio Oriol (en la imagen), argumenta que este crecimiento de los ingresos se debe, fundamentalmente, al impulso de las actividades de fabricación y mantenimiento. Actividades que seguirán originando beneficios y que se verán reforzadas por la adjudicación, durante este primer trimestre, de un nuevo contrato en Arabia Saudí para el suministro de seis trenes, por importe de 176 millones de euros. De esta manera, la cartera de pedidos de Talgo, a 31 de marzo, era de 3.786 millones de euros. Viendo esto, cualquier pensaría que la cotización de la compañía habría subido, al menos este martes. Nada más lejos de la realidad. Está claro que a los especuladores no les gusta la empresa. Desde que debutó en bolsa, el pasado 7 de mayo, la cotización de la compañía ha caído un 13,5%. Las acciones que debutaron a 9,25 euros, este martes se intercambian a 8 euros, después de caer un 2,5%. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com