• Y a la Sareb, con un 20% de su cartera en Cataluña, también.
  • Cuando la independencia consiste en no pagar al banco.
  • Los líderes del partido tribal van declarando que lo que hay que hacer es no pagar los créditos a los bancos.
  • Si esto se generaliza, el problema de la banca catalana no será de liquidez sino de solvencia.
  • Con una fuerte devaluación de sus carteras crediticias.
  • Esto ocurre cuando no se respeta la propiedad privada en un ambiente separatista-revolucionario.
Máxima preocupación en los tres grandes bancos en Cataluña, BBVA (Catalunya Caixa y Unnim), Caixabank y Sabadell. Y no por la huida de clientes ni la retirada de depósitos. Ese no es el problema y, además, el impacto inicial se ha logrado frenar, según las propias entidades, sobre todo después del cambio de sede (Caixabank y Sabadell). No, el problema serio, el que preocupa de verdad a Francisco González, a Jordi Gual y a Josep Oliu (en la imagen, de izquierda a derecha) es la revolución CUP: no pagar los créditos a los bancos. Como se pueden imaginar, el asunto también trae de cabeza a Jaime Echegoyen, presidente de la Sareb, con el 20% de su cartera ubicada en Cataluña. Como para echarse a temblar. Y es que algunos están convencidos de que la independencia consiste en no pagar. Y lo malo es que son, precisamente, los líderes de este partido tribal de la CUP los que están propagando este mensaje que cuenta, entre otros, con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que incluso protege a los okupas frente a propietarios que pretenden desalojarlos de manera extrajudicial. Junto a los okupas y sus simpatizantes, también preocupan las medidas adoptadas por algunos municipios de penalizar a los propietarios por tener pisos vacíos. Dicho de otra manera y según fuentes del sector y del Ministerio de Economía, si no se restablece el Derecho en Cataluña, las carteras crediticias de BBVA, Caixabank, Sabadell y Sareb se irán al garete, aunque la peor parte se la llevarán los tres bancos. Porque los okupas, más que en los pisos embargados, propiedad de los bancos, están en los inmuebles de sus deudores, esto es, de los promotores. La distinción es importante. Si fueran casas embargadas -créditos fallidos- sería cuestión de poco tiempo que el inmueble pasara a manos del banco y éste podría llevar a cabo las acciones que estimara oportunas. Ahora bien, si son créditos morosos, el banco no tiene posibilidad de ejercer derechos sobre los acreedores y propietarios. Para entendernos, con la crisis, los promotores dejaron de pagar y los créditos pasaron a ser morosos. Pero con la recuperación, esos promotores se van poniendo al día poco a poco gestionando sus propiedades y vendiendo casas. Hasta que pierden el control de los inmuebles por la acción de los okupas y dejan de tener capacidad para devolver el crédito al banco. La preocupación es máxima porque si esto se generaliza -no pagar los créditos- el problema de las entidades catalanas no será de liquidez sino de solvencia. En otras palabras, sus carteras crediticias sufrirán una fortísima devaluación y la proporción de activos bien provisionados en Cataluña caería en picado. Caixabank y Sabadell serían los más afectados; BBVA, menos. En definitiva, todo esto ocurre cuando no se respeta la propiedad privada, en un ambiente separatista-revolucionario. De momento, y según las mismas fuentes, el crédito en Cataluña se ha cerrado y es previsible que continúe así hasta que no se despejen las dudas. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com