14 de abril, cuando se proclamó la II República española tras el error de Alfonso XIII de abandonar España tras unas elecciones, no generales, que no había perdido.

Pero eso es lo de menos, lo de más es que hoy, en 2021, nada menos que 85 años después, vivimos en la misma atmósfera de entonces, con un frentepopulismo en el poder, social-comunista con apoyo separatista. Los españoles vuelven a vivir en el mismo ambiente pre-revolucionario de la década de los años 30 del pasado siglo.

Y así, el pasado lunes, en el Congreso, la vicepresidenta primera del Gobierno volvió a manipular la memoria de la diputada republicana Clara Campoamor, la misma que se exilió de España hastiada de los asesinatos perpetrados por socialistas y comunistas. Todo ello con la insensata reina de España, doña Letizia Ortiz, presidiendo el aquelarre carmencalvista.

En 2021, con el Frentepopulismo en el poder, la cristofobia es aún mayor en España pero, frente al renacido anticlericalismo, no existe fe cristiana que combatir

Homenaje que sucede al perpetrado, por la misma vicepresidenta primera, con la figura de Francisco Largo Caballero, un gánster de pro, elevado a los altares laicos del social-comunismo español.

Ahora bien, la lección que hay que sacar este 14 de abril es la misma: si los republicanos hubieran dejado en paz a los católicos, Franco no hubiera ganado la guerra. La II República no cayó por izquierdista ni por revolucionaria sino por cristófoba, por intentar domeñar a un pueblo de fe arraigada, que no estaba dispuesto a que le arrebataran esa fe y que afrontó el martirio o la pelea abierta en el frente. Para lo primero se necesita más valor que para lo segundo.

Eso sí, en 2021, con el Frentepopulismo en el poder, la cristofobia es aún mayor en España que en 1936 pero, frente al renacido anticlericalismo, apenas existe en España fe cristiana que combatir.

Glorificar a homicidas como Largo Caballero o manipular a figuras históricas como Clara Campoamor, despierta la memoria histórica de los españoles

Hoy, a la III República a la que propenden Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sólo se opone la monarquía: simple interés contra interés. De ahí poco puede salir. Felipe VI ha olvidado que su trono depende de la pervivencia en España de la cosmovisión cristiana general. Vamos, que la monarquía española será católica o no será.

Aunque también se opone la memoria histórica, la de verdad, el principal enemigo de Sánchez e Iglesias. Hasta al español que no haya leído absolutamente nada sobre la II República le suena rara la interpretación oficial sobre la misma, porque los pueblos también tienen memoria, lo que podríamos llamar memoria mamada y no leída.

Fue Rodríguez Zapatero quien resucitó las dos Españas. No sabía lo que hacía

Puede que incluso aplaudan al sanchismo guerracivilista pero no le creen: no saben lo que ocurrió pero sienten que no fue lo mejor.

Y ojo, doña Carmen: glorificar a homicidas como Largo Caballero o manipular a figuras históricas como Clara Campoamor, despierta esa memoria histórica de los españoles… sino no sabida, sí sentida. Fue Rodríguez Zapatero quien resucitó las dos Españas. No sabía lo que hacía.