No es por desanimar a los chicos (y chicas) de la calle Génova, pero los sondeos del Ibex dan al PSOE como claro vencedor el 10-N, con más escaños que los 123 obtenidos en abril. No le dan una subida tan amplia como le otorgó el último CIS de Tezanos (hasta 150 diputados), pero en ningún caso le auguran menos de 124 escaños. En otras palabras, lo acaecido en Cataluña tras la sentencia del 1-O, no solo no ha perjudicado a Sánchez, sino que le ha beneficiado.

El PP también subiría, según estas encuestas, pero ni la horquilla más optimista le otorga 100 diputados. Pablo Casado logrará remontar, pero está todavía muy lejos poder gobernar.

Lo que sí podrá hacer el líder del PP es facilitar que Sánchez forme gobierno. El pacto PSOE-PP es la opción preferida del capitalismo español… y del Nuevo Orden Mundial. Pedro Sánchez presidente gracias al apoyo de Pablo Casado, con la única contrapartida de no subir los impuestos tanto como le gustaría al PSOE. Las últimas encuestas confirman esa gran coalición PSOE-PP o, lo que es lo mismo, capitalismo progre de izquierdas con el apoyo del capitalismo progre de derechas y, en ambos casos, cristófobo: el PSOE por comisión y el PP, por omisión.

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Otra idea fuerza de las encuestas del Ibex: Vox pasaría a ser la tercera fuerza, por delante de Unidas Podemos, que bajaría pero muy poco y, por supuesto, por delante de Ciudadanos, que sería el gran perdedor con una caída histórica. El partido de Santiago Abascal, además de atraer a los votantes cabreados es, sobre todo, la opción del voto católico. Es la única formación que defiende los cuatro principios innegociables de los que hablaba el Papa emérito, Benedicto XVI: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común.

Vox no es antisistema, ni anticonstitucional, ni racista, ni homófobo, ni machista… es católico y, como tal, es considerado ultra por los progres, tanto de izquierdas como de derechas. En otras palabras, Vox se ha convertido en la única amenaza seria al bipartidismo progresista y su crecimiento ha provocado el nerviosismo de Sánchez, que afeó al PP y a Cs el hecho de que no alzasen la voz contra Abascal durante el debate del lunes. Y este jueves, el periodista de El País y contertulio de Los Desayunos (La 1), Carlos Cue -otro componente del task force de Sánchez- ha asegurado que el mayor problema de la política española es Vox. Tremendo.

Por cierto, a los españoles nos gustan más los presidentes humildes -recuerden las críticas durante el segundo gobierno de Aznar- y Sánchez se está desviando del sendero. Basta ver sus últimas entrevistas para comprobarlo, aunque él asegure que es solo “guapo a secas”.