• Su última oportunidad para acceder a la Presidencia.
  • Y es que Cataluña sí está doblegando al presidente más de lo que parece.
  • Rajoy se siente examinado por sus ministros y por su partido.
  • Mientras la Vice pide medidas de fuerza… pero el riesgo lo asume el presidente.
Napoleón era un maestro en el arte de la guerra. Por eso, en materia bélica, por ejemplo, en el caso del separatismo catalán, conviene escucharle: "Cuando el enemigo se equivoca no le distraigas". El Gobierno central no debería ponerse nervioso porque tras el ridículo del miércoles 6 y el jueves 7 en el Parlament… Lo cierto es que Rajoy tiembla y Soraya Saénz de Santamaría (ambos en la imagen), según fuentes del PP, aprovecha para traicionar a su jefe: probablemente esta sea su última posibilidad de acceder a la Presidencia. Rajoy se siente observado por sus ministros y por su partido: si fracasa en Cataluña tendrá que dimitir. Además, Pedro Sánchez, tan necio como peligroso, sigue empeñado en su moción de censura frentepopulista para echar a Rajoy. "Lo que no es legal no es democrático", asegura Mariano Rajoy, intentando responder al 'desafío' (es la primera vez que utilizamos esa palabra) secesionista. Hombre, sí, presidente, pero la democracia consiste en cambiar las leyes. Insisto en que ese argumento es inferior al otro, al de que un referéndum catalán rompe la soberanía nacional. Yo, natural de Oviedo, residente en Madrid, tengo tanto derecho a votar en ese referendo separatista como Carles Puigdemont. Y al final, resulta que Rajoy siente el mismo vértigo: tomar medias de fuerza como detener a Puigdemont y Forcadell, o a todo el gobierno catalán, para seguir con el lentísimo y agotado enfrentamiento jurídico que, antes o después, acabará en violencia. Porque la Vice pide medidas de fuerza, pero el riesgo, las consecuencias de esas medidas, las asume el presidente. Eulogio López eulogio@hispanidad.com