En 1 de mayo y dada la tendencia general, en todo el mundo, a cargarse la propiedad privada, sin que no pueda existir ni libertad ni dignidad, conviene recordar lo que dice la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) acerca de la propiedad privada. Podríamos resumirlo con la aseveración de que la Rerum Novarum, de León XIII, madre de la DSI prefiere los propietarios a los proletarios.

Para entendernos, la propiedad privada es dogma de fe. O, al menos, verdad de fe. No lo digo yo, sino el Catecismo de la Iglesia, compendio de su doctrina y de su ‘ideología social’. A las citas textuales me remito:

Empecemos por el punto 2402 de dicho Catecismo, publicado en 1992 y vigente hoy día: “La apropiación de bienes es legítima para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, para ayudar a cada uno a atender sus necesidades fundamentales y las necesidades de los que están a su cargo”.

Pero, atención, este derecho a la propiedad privada se matiza en el punto 2403: “El derecho a la propiedad privada, adquirida o recibida de modo justo, no anula la donación original de la tierra al conjunto de la humanidad”. Es decir, ya se introduce en este punto la ‘hipoteca social’ de Juan Pablo II, que pesa sobre esa propiedad privada, de suyo legítima.

Pero ojo… “El destino universal de los bienes continúa siendo primordial, aunque la promoción del bien común exija el respeto de la propiedad privada, de su derecho y de su ejercicio”.

Por tanto, existe el derecho a la propiedad privada, además de necesaria para asegurar la libertad y la vida digna del hombre y de sus hijos. Lo que no existe es el derecho a las prestaciones públicas. Lo siento, Pablo Iglesias.

Eso sí, (2404) “el hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas externas que posee legítimamente, no sólo como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que puedan aprovechar no sólo a él, sino también a los demás”.

En plata: Viva la propiedad privada pero no te apegues a tus propiedades. Asegurada tu libertad tu dignidad y la de los tuyos, reparte cuanto puedas entre los que tienen menos que tú.

En definitiva, tienes derecho a tu propiedad pero no te apegues a tus propiedades, compártelas

Para concluir, el 2405 y el 2406. Ojo al dato: “los bienes de producción —materiales o inmateriales— como tierras o fábricas, profesiones o artes, requieren los cuidados de sus poseedores para que su fecundidad aproveche al mayor número de personas. Los poseedores de bienes de uso y consumo deben usarlos con templanza reservando la mejor parte al huésped, al enfermo, al pobre”.

Y por último el 2406: “La autoridad política tiene el derecho y el deber de regular en función del bien común el ejercicio legítimo del derecho de propiedad”. Habría que añadir: sin conculcar dicho derecho.

Lo que no existe es el derecho a las prestaciones públicas. Lo siento, Pablo Iglesias

En resumen, en 1 de mayo, la Doctrina Social de la Iglesia, ni capitalista ni socialista puede resumirse así: la propiedad privada es legítima pero no quieras ser el más rico del cementerio.