Sr. Director:

Después de las elecciones de abril y de las de mayo nos preguntamos ¿Ahora qué? En todo caso, no es hora ni de lamentos ni de tirar cohetes. Es la hora en la que todos estamos llamados a construir un futuro de convivencia donde no debería tener cabida la demagogia ni el sectarismo.

 

Por un lado acecha una recesión económica, con su secuela de más paro y más deuda pública. También aparece como principal desafío la armonía territorial en el marco de la unidad de España, que debería suscitar el consenso de los partidos constitucionalistas.

 

Otro aspecto decisivo en el que debería evitarse cualquier ruptura es nuestro sistema educativo, que merece un gran consenso.

 

Veremos si el nuevo gobierno está a la altura de todo esto. Por otra parte, los partidos del centro-derecha no deberían enzarzarse en una lucha cainita sino construir una verdadera alternativa centrada en consolidar los grandes valores de la Constitución.