Sr. Director:

Personaje insignificante en la vida común, de profesión histrión o algo parecido, que se autoproclama dios de ciertas ideas, socialmente inadaptado, defensor del régimen cubano, y con un grupúsculo de seguidores vía redes sociales que defienden sus mismas contestatarias ideas. Su aspecto físico ya le define. No merece prestarle atención, pero le voy a conceder el privilegio de unas líneas, sea para reprobar algunos de sus muchos hechos deleznables.

Este señor se atrevió a blasfemar (por recato no me atrevo a mencionar sus palabras) y a ofender los sentimientos religiosos de los ciudadanos, sin el menor pudor, dando muestra de una gran ineptitud para convivir en sociedad, sin escrúpulos, de una capacidad intelectual bastante deficiente, con una gran dosis de odio hacia las personas y una necedad poco habitual. Además, en otra ocasión, dio lugar a un presunto delito de odio, al expresarse en una televisión justificando los fusilamientos de personas en la guerra civil a causa de su fe, “porque algo harían”. Su intelecto está bajo mínimos y estos hechos, entre otros, son prueba de ello. De todas formas, señor Toledo, eres afortunado, pues, aunque a los seres humanos nos exasperes con tu irracional comportamiento, Dios te ama y te justifica con aquello de “hay que perdonarle, pues no sabe lo que dice”

Pero ahora es actualidad Willy Toledo porque los juzgados han emitido una orden de detención por no haberse presentado a declarar en dos ocasiones que ha sido citado. No solo pretende ofender a Dios e injuriar a los cristianos, sino también burlarse de la justicia. ¿Respeta a alguien este esperpento?