Sr. Director: Después de las elecciones y los veinte días posteriores, de infarto en algunos momentos, en los que se han conseguido configurar los diversos ayuntamientos, a nadie se le escapa que estamos ante un nuevo tiempo complejo y expectante, fruto de la autorización partidista de los consistorios, que han de llevar al diálogo constante. Pero por encima del diálogo, que también, lo que precisa el  nuevo contexto político de nuestros municipios es gente cabal, que  huya del afán personalista y, si las circunstancias lo requieren, también de las directrices marcadas desde las direcciones nacionales de los partidos, que piensan ya en clave de comicios generales. Tiempos nuevos obligan a nuevas formas de gobierno para tratar de romper con el desapego ciudadano hacia la clase dirigente. Una responsabilidad que no solo compete a quienes detentan el mando municipal, sino a todos los concejales electos con independencia de su signo político. Toca ya ponerse a trabajar, y con especial agilidad, en beneficio de todos, relegando esa especie de inanición que ha marcado estas últimas semanas el ritmo municipal, más orientado al reparto del poder que a otra cosa. Jesús D. Mez Madrid