Sr. Director: El mensaje de los obispos para la Jornada del Día de la Vida en torno a la Solemnidad de la Anunciación, el 25 de marzo, se centró en la defensa de la dignidad de las personas mayores y enfermas, pero es inevitable pensar en leyes de muerte digna en diversas comunidades autónomas, o en el reciente debate en el Congreso sobre la eutanasia. Cuando los obispos denuncian la soledad de los ancianos están mostrando una realidad que se quiere ocultar hipócritamente bajo cínicas expresiones como "muerte digna". Morir con dignidad, como recuerda el mensaje, es poder hacerlo rodeado de cariño, y no con la sensación de ser una pesada carga para la familia y para toda la sociedad. Y lo mismo podría decirse hoy de tantas  mujeres embarazadas que, a menudo, no encuentra más que obstáculos a su alrededor. Es esa sensibilidad la que quiso promover el Día de la Vida. Su fruto, no es flor de un día, será una sociedad más humana, en la que también sea posible una verdadera política a favor de la vida. Jesús Domingo