Sr. Director: Recuerdo que el modo de vivir la prudencia necesita siempre del discernimiento o juicio sobre la situación, como momento central y más representativo de la prudencia. Esto presupone una deliberación que mire a la realidad y va seguido de la decisión para actuar poniendo determinados medios. Este discernimiento no es sólo necesario en los actos individuales de la persona o quien la aconseje. También lo necesitan los responsables de una comunidad social o de una comunidad cristiana. Por ejemplo, el parlamento de una nación, una familia, una escuela, una parroquia, etc. Y así hablamos no solamente de discernimiento personal o espiritual, sino también de discernimiento social o comunitario, y de discernimiento eclesial. Suso Madrid