Sr. Director:

El Encuentro Mundial de las Familias, que ha tenido lugar en Irlanda durante el último fin de semana de agosto, ha sido un Pentecostés de esperanza y ha estimulado el hecho de que las familias son cada vez más conscientes de su papel irremplazable tanto en la transmisión de la fe como en la construcción de un mundo unido que quiera vivir en paz. El matrimonio y la familia manifiestan toda su belleza y atractivo si están anclados en el amor de Dios. Y como ha recalcado el Papa, el amor es lo que Dios sueña para nosotros y para toda la familia humana.

En ese viaje Francisco habló con claridad, una vez más, sobre los casos de abusos sexuales en la Iglesia. Además de reiterar la petición de perdón, ha reconocido “el fracaso de las autoridades eclesiásticas al afrontar estos crímenes” y ha insistido en la necesidad de que la Iglesia “reconozca y remedie con honestidad evangélica y valentía los errores de pasado”. Una tarea en la que debe implicarse toda la Iglesia.