Sr. Director: Quedarán,  piedras de cal en polvo molido, las piedras que sirven de ara en el altar. Altar donde se sacrifican los no nacidos, aquellos que debiendo nacer, no nacieron. Vientres que terminarán estériles, secos, como árboles que al no dar su fruto, en leño para el fuego devinieron. Egoísmo de madres que, serlo, no quisieron, sacrificando en ese su altar, la vida que un día, como creación concibieron. Milenaria civilización, que marcha hacia su ocaso, su sistémica extinción. Con un grito de horror, de silencio consentido, quedarán, piedras de cal en polvo molido.  J.R. Pablos