Sr. Director: Hazte Oír es una organización sin ánimo de lucro, que ha tenido la "desfachatez" de decir que si uno nace con los genitales masculinos es un niño, y si tiene los femeninos es una niña. Todo ello, mediante un autobús de color naranja con dichos mensajes en su carrocería. Le han caído chuzos de punta. Lo más "bonito" que le han dicho es que es un mensaje que incita al odio, que es tránsfobo (¡vaya ridiculez de palabra!) y le acusan de casi todo, menos de la muerte de Manolete. Los políticos (casi todos), los medios de comunicación (casi todos) y la "inteligencia" tertuliera (casi toda) se han puesto en contra de dicho mensaje por provocador. Los más indulgentes se han limitado a decir que… "Hombre, la libertad de expresión, aunque yo no lo comparto…". Hasta el propio Juan Luis Arsuaga en una entrevista que se producía (vergüenza ajena) en La Sexta TV, donde el único que peroraba, y mal por cierto, era el supuesto entrevistador; tenía que casi pedir perdón, porque no había querido ofender, que ellos no estaban contra nadie, que solo querían que como padres no se impusiera la ideología de género en las escuelas, que en Hazte Oír hay gente que opina muchas cosas, que cada uno con su cuerpo puede hacer lo que quiera… Porque, y esa es otra, el autobús fue retenido por un juez, que obligó a cambiar el mensaje; hay una amenaza de quitar los beneficios de organización sin ánimo de lucro a Hazte Oír, y más amenazas de sanciones, multas y demás. Tampoco es que los obispos, salvo honrosas excepciones, hayan hecho una defensa valiente del mensaje, más bien, la tibieza meliflua ha sido la tónica. Esto, algunos ya lo veíamos venir. Pero ahora todo el mundo se ha quitado la careta, sobre todo, ese pensamiento generalizado "pijoprogre" o "progrepijo" que es el imperante. Esa nueva religión con sus "dogmas infalibles": el aborto es un derecho de la mujer; el sexo se elige y uno no nace hombre o mujer, sino que lo decide después de ir probando lo que le gusta; el Universo no lo creó Dios sino el Big Bang (pocos saben que el principal teórico del Big Bang es el padre Lemaître, físico y sacerdote católico); que el hombre es fruto de la evolución de las especies y que el alma no existe. Esa nueva religión que está dispuesta no a debatir sino a imponer, una nueva dictadura del pensamiento política y socialmente correcto, donde el catolicismo sobra, por supuesto. El momento ha llegado y Dios no quiere a los tibios: los católicos tenemos que dar nuestra opinión según nuestra fe y no valen medias tintas: el hombre y la mujer lo son desde que nacen hasta que mueren porque así los hizo Dios ("creced y multiplicaos"); el mal llamado cambio de sexo es una mutilación genital y como tal, un atentado contra el propio cuerpo, templo del Espíritu Santo, y un pecado gravísimo porque hay que hablar de pecado, y el pecado es la ruina del hombre y de la Humanidad. Todo ello siempre desde el amor a los que así se sientan, porque odiamos el pecado, pero amamos a los pecadores. Si alguien piensa que los tiempos son difíciles que piense en los primeros cristianos: diez persecuciones mortales y un ambiente social único: en Bizancio había en el año 350 cuatro lugares donde el "espectáculo" era pornográfico, y los niños no deseados se lanzaban al Tíber que arrastraba sus cuerpos flotantes. ¡¡¡Dios y Audacia!!! Alejandro Pérez