Sr. Director: A semanas de la tragedia de Nepal, han ido apareciendo casos de solidaridad de la sociedad a través de sus gobiernos o de alguna ONG. Pero es sorprendente que en las informaciones lo que no aparece en las estadísticas es la labor de nuestros miles de misioneros repartidos por el mundo. En Nepal está el escolapio riojano José Alfaro, desde hace años dedicado a construir escuelas en las áreas más remotas del país. El terremoto se ha llevado por delante muchas de ellas, pero su labor continúa, junto a otros misioneros y junto a la pequeña comunidad católica local. Cuando el resto del mundo se haya olvidado del terremoto de Nepal, misioneros como el padre Alfaro seguirán allí, entregando su vida para anunciar el Evangelio del modo más genuino, que es amar al prójimo hasta el extremo. Eso sí, sin aparecer en las estadísticas ni en los medios de información. E.C.