Sr. Director: La apuesta en las urnas por salidas inesperadas, como la de Trump, expresa un malestar profundo que demanda un cambio no epidérmico. Ese malestar se expresa de forma contradictoria, dado que apuesta por fórmulas populistas para asegurar el empleo y el nivel de vida. A la mayoría de la sociedad americana no parece preocuparle el amateurismo de su presidente, ni su escaso aprecio por la verdad, ni su discurso excluyente cuasi-racista. La sociedad, que calla su voto y luego da la sorpresa, apuesta por un patriotismo emotivista que también recoge no poco del fracaso de Obama. La historia no ha terminado, por mucho que le pese al viejo Fukuyama. Lluis Esquena