Sr. Director:

La cruda realidad en Siria es que el conflicto no cesa en un país en el que las cifras oficiales nos hablan de más de medio millón de muertos, más de ocho millones de desplazados internos y en el que la principal víctima, como sucede siempre en estos casos, es el propio pueblo sirio.

Como ha hecho, una vez más, el Papa Francisco un domingo tras el rezo del Ángelus, urge renovar el llamamiento a la comunidad internacional para que se utilicen los medios diplomáticos, el diálogo y las negociaciones, de conformidad con el derecho internacional humanitario, para salvaguardar, en primer lugar, la vida y la fortuna de los civiles.

Siria, amada y martirizada, como ha afirmado con dolor el Papa, necesita que la tengamos presente en nuestra oración, primera y fundamental contribución de cada uno para que no caiga en el olvido.