Sr. Director: Hace cerca de un mes que murió en Tel Aviv uno de los estadistas más conocidos y  queridos por la comunidad internacional: el que fuera durante largos años presidente y primer ministro laborista de Israel, Simón Peres. Su muerte nos trae a la memoria la tormentosa negociación de paz con el pueblo palestino y las numerosas ocasiones en que casi se tocó la paz con los dedos, sin que jamás se alcanzara. Peres fue uno de los principales impulsores de un acuerdo entre Israel y los palestinos, especialmente cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo en 1993, que perfilaban una solución basada en la formación de dos Estados soberanos. No fue posible, pero sus esfuerzos diplomáticos fueron recompensados con el Premio Nobel de la Paz, también concedido a su rival de entonces, Yaser Arafat y al que era primer ministro, Isaac Rabin. Con esta carta solo pretendo que su nombre no se olvide tan fácilmente como suele ser habitual en grandes personajes. Juan García